El director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), Rodrigo Botero, hace un viaje virtual por algunos de los puntos más estratégicos en la Amazonía colombiana, luego de realizar ocho sobrevuelos por la región en lo corrido de este año. Sobre una pantalla gigante proyecta una imagen tras otra, y no se sabe cuál luce peor: El bosque en llamas, incinerado, con cultivos de uso ilícito, con una carretera atravesándolo, con una mina, con palma africana, con pastos para ganadería extensiva.
De acuerdo con un monitoreo realizado entre abril de 2018 y marzo de 2019 por la Fundación, en el arco noroccidental amazónico se deforestaron 98.842 hectáreas, representados en 15.431 parches que se divisan desde el aire. Los municipios de Cartagena del Chairá (18.513 ha), La Macarena (17.655 ha) y San José del Guaviare (17.351 ha) fueron los más críticos.
“Estamos viendo una deforestación híper acelerada en ciertos puntos que afecta la conectividad de los biomas andino-amazónicos y de los ciclos hidrológicos –advierte Botero–. No solo hay una apertura de la frontera agropecuaria, sino que no hay capacidad interinstitucional para hacerle frente. Y sin control territorial lo que hay es un incentivo a la expansión de la frontera”.
Las últimas cifras oficiales dadas por el Ideam, que van hasta diciembre del año pasado, señalan que el 70 % de la deforestación nacional –eso son 138.176 hectáreas– se concentra en la Amazonia. No suficiente, casi la mitad de la pérdida de bosque en Colombia (el 49 %) ocurre en siete municipios de esta región.
De acuerdo con la FCDS, en los cuatro Parques Nacionales Naturales (PNN) que están dentro del área monitoreada se perdieron 13.445 hectáreas, y más del 50 % (7.364 ha) se concentró en Tinigua.
“En abril del 2018 había 1.594 hectáreas deforestadas en el PNN Serranía de Chiribiquete; y en marzo del 2019 ya eran 3.972 hectáreas deforestadas. Lo que significa un incremento de 149 % (2.378 ha) en el periodo analizado”, dice el informe. Luego Botero proyecta una imagen: “Esta foto es de un lote de 1.700 hectáreas dentro de Chiribiquete”, patrimonio mixto de la humanidad por la Unesco.
Para Gloria González, Coordinadora de asuntos indígenas de la FCDS, “al final, la deforestación en estos focos implica la pérdida de caudal en cuencas altas de los grandes tributarios de la Orinoquia y Amazonia, la pérdida de diversidad biológica, así como dificultades para la regulación y adaptación climática, y para consolidar la paz territorial”.
Puntos claves para enfrentar la deforestación en el Arco
*La aplicación de medidas de control y sanción a los grandes promotores/ agentes deforestadores. No solo a sus subordinados.
*Revisar el interés nacional en la exploración y explotación de recursos minero-energéticos en la Amazonia.
*Restitución real de derechos a la población despojada de su territorio.
*Fortalecimiento de la gobernanza, tanto en el ordenamiento ambiental del territorio como en las alternativas económicas para las poblaciones locales.
*Implementación focalizada de los acuerdos de paz, especialmente puntos 1 (Reforma Rural Integral y Catastro Multipropósito) y 4 (PNIS) en los municipios de mayor deforestación.
*Desestimular el modelo ganadero y agroindustrial en la Amazonia.
Tomado de El Tiempo