Moscú, 24 junio.- Rusia endureció hoy el tono con el Reino Unido, al acusarle de haber preparado con antelación la incursión deliberada de un destructor británico cerca de la anexionada península de Crimea en aguas que considera suyas, y prometió una respuesta adecuada a esta «acción inaceptable».
«Creemos que el destructor británico ha incurrido en una provocación. Es más, lamentamos que fuese una provocación deliberada y preparada», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
TODAS LAS MIRADAS SE DIRIGEN AL KREMLIN
La Presidencia rusa no había comentado hasta ahora el incidente con el buque británico que incursionó ayer en aguas próximas a la península de Crimea, que Moscú considera su territorio, pese a la falta de reconocimiento internacional.
Peskov fue preguntado hoy por los periodistas en tres ocasiones sobre la aproximación del buque de guerra británico a Crimea que obligó a las fuerzas rusas a disparar salvas de aviso al destructor.
«Los guardias de fronteras rusos y sus fuerzas armadas continuarán actuando de forma ‘firme’ ante semejantes provocaciones, siguiendo a rajatabla el derecho internacional», dijo Peskov, quien no descartó ningún «escenario» si las acciones de la parte contraria «llegan muy lejos».
MOSCÚ PROMETE RESPONDER
Horas antes, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, había adelantado ya que Moscú se reserva el derecho al uso de la fuerza para defender su territorio.
«Nosotros apelamos al sentido común y al respeto del derecho internacional, pero si eso no ayuda, podemos disparar», dijo Riabkov.
Debido al incidente con el buque, hoy ha sido citada al Ministerio de Exteriores la embajadora británica en Moscú, Deborah Bronnert, quien abandonó la sede de la Cancillería sin hacer declaraciones para la prensa.
Mientras, Exteriores ruso difundió un comunicado al término del encuentro en el que informó de la «firme protesta» expresada a la diplomática británica por la «burda violación de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982» por parte del destructor británico.
Moscú también advirtió a Bronnert de que en caso de repetirse el incidente, el responsable de sus consecuencias sería Londres.
VERSIONES CONTRADICTORIAS
Londres expuso previamente su versión de los hechos y afirmó que la Armada rusa no hizo disparos de advertencia contra su destructor.
Las autoridades británicas insistieron ayer y hoy en que lo que pudieran parecer disparos de aviso en realidad eran los ruidos causados por unos «ejercicios de artillería» en la zona.
Londres afirmó que su destructor estaba pasando «por aguas ucranianas» al tomar la ruta más rápida hacia su destino y que sus barcos estaban dispuestos a continuar realizando el mismo trayecto.
Rusia, a su vez, acusó a la parte británica de «mentir abiertamente» al hablar de la ausencia de disparos de advertencia por parte de Rusia.
«Londres ha perdido los modales. Para la próxima vez, quiero aconsejar a nuestros socios británicos que ‘llamen a la puerta’ si quieren entrar de forma pacífica», dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Al mismo tiempo, el Kremlin negó hoy que por el momento existan planes de incluir al Reino Unido en la lista de países «inamistosos» en la que ya se encuentran EEUU y la República Checa.
El portavoz del Kremlin aseguró que Moscú no quiere pensar que la actuación británica se puede convertir en una «tendencia».
EL «PELIGROSO MAR NEGRO»
Según Ucrania, el incidente con el destructor británico es una prueba de que el mar Negro se ha convertido en un lugar «peligroso» tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.
«Hay varias versiones sobre lo que ocurrió entre la Armada rusa y el destructor británico, pero fuese lo que fuese, la decisión de escalada proviene de Rusia», opinó el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitro Kuleba.
Para Kuleba, eso «demuestra una vez más que el mar Negro ya se ha convertido en un lugar peligroso tras la anexión ilegal de Crimea».
El ministro agregó que Kiev está «dispuesto a abordar con la Unión Europea las vías para reforzar la seguridad en la región del mar Negro».
OTROS INCIDENTES
El último incidente en la zona que causó un escándalo internacional se produjo en 2018, cuando Rusia apresó tres buques de guerra ucranianos y a sus 24 tripulantes que intentaban ingresar en el mar de Azov, compartido por ambos países.
Los marineros fueron acusados de cruce ilegal de la frontera y trasladados a una prisión en Moscú.
Ucrania declaró a los detenidos prisioneros de guerra, algo que Moscú rechazó tajantemente.
Los 24 detenidos fueron liberados en septiembre de 2019, en el primer canje de presos entre Rusia y Ucrania desde 2014.