El director nacional de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, dijo a los medios, entre ellos a EFE, que estos agasajos se programaron «simultáneamente» en las cárceles del país para expresar un «mensaje de solidaridad» a los pequeños que viven en los penales junto a sus madres.
«Los niños son parte de la realidad que se vive en los centros penitenciarios (…) queremos que sea un día diferente para ellos que viven en el encierro junto a sus mamás», añadió.
Las normas bolivianas permiten que los niños, hasta los seis años, vivan junto a sus madres en las cárceles, para que después de esa edad pasen a cuidado de un familiar o tutor.
En el Centro de Orientación Femenina de Obrajes (COF), en La Paz, el festejo consistió en la entrega de juguetes, pañales, ropa y alimentos, que eran donaciones de algunas instituciones estatales, además de un espectáculo con payasos y marionetas.
Varias mujeres asistieron con sus niños al homenaje que se hizo en una pequeña cancha de cemento que está al lado de los pabellones en los que están las habitaciones y las otras dependencias del penal.
La vida en prisión
«(Estar en la cárcel) siendo mamá es muy duro porque tenemos que estar con los niños acá, da pena, pero tenemos que sobrellevar eso», dijo a EFE Esperanza (nombre cambiado), quien es una de las reclusas.
La mujer contó que todas las madres tienen que organizarse y encontrar la forma de dar de comer a sus pequeños, puesto que en el penal dan «una sola comida» por persona.
También contó que en el COF de Obrajes las mamás se encargan de la educación de los niños mayores, ya que son ellas las que enseñan a leer y escribir, porque hace algún tiempo el programa penitenciario de alfabetización dejó de funcionar.
Esperanza contó que a los más grandes se les explica que están «en una casita» y que «van a salir» pronto, como una forma de evitar el sufrimiento de explicarles la situación.
En el penal solo hay unas cuantas televisiones que son el contacto con el exterior, «no hay internet», y por lo general practican juegos tradicionales como esconderse o corretear, relató.
Otra reclusa, que pidió no identificarse, dijo que el penal está hacinado, que la cantidad de reclusas superan las 400 y que muchas tienen que «dormir en los pasillos».
Por su parte, el director de Régimen Penitenciario admitió que el tema educativo se dificulta, porque no todos los niños a partir de los 4 años pueden ser trasladados a centros de formación. Se busca solucionar este problema con la contratación de maestros para que trabajen dentro de los penales.
La Defensoría del Pueblo señaló en un comunicado que en Bolivia existen «importantes desafíos» para conseguir que los derechos de los niños y adolescentes se cumplan plenamente.
Uno de ellos es «la persistencia de la violencia» puesto que hasta el 31 de marzo se registraron 805 casos de abuso sexual, según datos la Fiscalía.
La entidad defensora de los derechos humanos también mencionó su «preocupación» por la difícil reintegración familiar de los menores que están bajo tutela estatal.
Asimismo, Unicef en Bolivia se manifestó preocupada por los casos la vulneración del «derecho a la vida» de los menores, puesto que «cada seis días» muere un niño en Bolivia a manos de sus familiares.
En lo que va del año, se produjeron 14 infanticidios, según los datos del Ministerio Público.
El 12 de abril como celebración del Día del Niño en Bolivia se instituyó en 1955, mediante un decreto presidencial en recordatorio a la ‘Declaración de Principios Universales del Niño’ y en 2013 fue elevado a rango de ley.
Gabriel Romano
EFE