Ciudad de Panamá, 13 Febrero 2025.- El presidente de Panamá, José Raul Mulino, calificó este jueves de «mafia» al Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (Suntracs), el más poderoso del país, a la vez que espera consecuencias legales, tras las violentas protestas en rechazo a un proyecto de reforma a la Seguridad Social en el país centroamericano.
«El Suntracs no es un sindicato, es una organización a la vieja usanza de la mafia transportista y de otras mafias en los Estados Unidos y en otros países del mundo. Y van a pagar el precio de la ley, después de la barbaridad que hicieron ayer», puntualizó el mandatario panameño en su conferencia de prensa semanal.
Declaró que «estos señores van a entender el peso de lo que significa la ley» y un gobierno dispuesto «a no permitir la anarquía pseudo sindicalista en este país y que lo tenga bien claro Saúl Méndez (el dirigente del Suntracs) y toda su garulilla (amigos)».
El Suntracs bloqueó en la víspera un tramo de la avenida marítima, una de las arterias viales más concurridas de Ciudad de Panamá, en rechazo al proyecto de ley que reforma la Caja del Seguro Social (CSS), en discusión en el Legislativo.
La protesta acabó con más de 500 detenidos, la mayoría obreros sindicados, y 15 heridos, agentes policiales, entre ellos uno por impacto de un bloque, después de violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía. Los arrestados enfrentarán la justicia, según anunciaron las autoridades panameñas.
Según se aprecia en imágenes, los agentes disparaban gas contra los manifestantes mientras que éstos lanzaban objetos contundentes (bloques, tornillos y barras de acero entre otros) desde lo alto de una torre en construcción de un hospital público para niños, donde se atrincheraron.
«Todas esas varillas, todos los bloques con agarraderas de metal ya instalado, para poder ser tirado de un décimo, octavo o doceavo piso, independientemente de lo que pasará abajo, si eso no es un delito agravado, estamos fregados como país», expresó hoy Mulino.
Agregó que el escenario de las protestas «no fue hecho ayer en la mañana» y remarcó que «fue intento de homicidio con dolo y premeditación».
Mulino volvió a pedir a las autoridades que «cumplan con la ley «y que se acabe la impunidad de «estos maleantes», después de que en la víspera calificara de «intolerable» el uso de la obra del hospital pediátrico como «barricada de terroristas sindicalistas para subvertir el orden público» y pidió la actuación «todo el peso de la ley», que más tarde inició una «investigación de oficio» por esos actos.
Auditorías a las cuentas del Suntracs
Mulino, además, anunció auditorías a los fondos del Suntracs y otras organizaciones sindicales, por parte de la Contraloría de la República y ha suspendido cualquier desembolso a estas hasta que se completen las respectivas revisiones.
«No es cierto que con el bolsillo del pueblo panameño, porque eso viene de nuestros impuestos, vamos a estar subvencionando la anarquía y la subvención de parte de todos estos facinerosos, a Suntracs me refiero», continuó.
Instó a la empresa española Acciona, encargada de la construcción del nuevo Hospital del Niño, a revisar las planillas y listas de trabajadores.
«Hoy está cerrado ese hospital (pediátrico) y no va a abrir, como escena del crimen que fue ayer, hasta que las autoridades levanten todas las pesquisas criminológicas, para poder fortalecer esos expedientes», mencionó.
Igualmente hizo un llamado a la Cámara Panameña de Construcción (CAPAC) a dejar de ser «cómplices a través de una convención colectiva que no nació con este propósito».
Suntracs responde: «Continuaremos la lucha»
El líder del Suntracs, Saúl Méndez, rechazó este jueves las acusaciones del presidente Mulino y afirmó que el sindicato «continuará su lucha» en defensa de los trabajadores y para impedir que se roben el dinero del Seguro Social.
Méndez contrarrestó las declaraciones de Mulino, sugiriendo que el gobierno fue el responsable de planificar los enfrentamientos y reprimió selectivamente las manifestaciones.
Además, denunció el cierre de las cuentas de la cooperativa Suntracs, que según él, opera legalmente y no está implicada en los conflictos recientes.
Las protestas se originaron en el contexto de las discusiones de dos proyectos de ley sobre la Caja del Seguro Social de Panamá, que buscan resolver la crisis administrativa y financiera que amenaza la sostenibilidad de uno de los subsistemas de pensiones del país.
EFE.