París, 12 octubre.- Con el decimotercer Roland Garros en su maleta, Rafael Nadal se dispone a abandonar París con destino a su amada Mallorca, contento por el deber cumplido y por haber podido conquistar una de las Copas de los Mosqueteros que más satisfacción le produce.
En una conversación con varios medios, al pie de la escalera del avión, Nadal asegura que el motivo es que, para lograrlo ha tenido que superar más barreras.
P: ¿Qué le produce más satisfacción, la victoria o superar las dificultades para conseguirla?
R: Las dos cosas te hacen ilusión. Ganar es la esencia del deporte. En la alta competición lo que cuenta es la victoria. Pero le añades una satisfacción mucho mayor cuando uno sabe que ha tenido que hacer sacrificios y esforzarse para lograr su objetivo. Eso es lo que te da la satisfacción personal.
P: Ha dicho que en los meses de confinamiento lo pasó mal a nivel físico ¿qué le sucedió?
R: Después del confinamiento he estado mal, he pasado muchas semanas entrenando poquito, he tenido pocas posibilidades de entrenar de la manera que me habría gustado, sobre todo los primeros meses después del confinamiento. El cuerpo se resintió un poco de todo ese parón. Los cuerpos con muchos kilómetros encima, como el mío, un parón drástico como el que tuvimos, hace que las situaciones de vuelta a la normalidad del trabajo sean más complicadas. En mi caso, desgraciadamente, el cuerpo respondió mal durante varios meses. Poquito a poco se fueron enderezando las cosas, pero fueron meses complicados.
P: El suizo Roger Federer le felicitó por su triunfo. Ustedes tienen una buena relación ¿Ha hablado con él?
R: Desde que gané, solo he usado el teléfono para atender a los periodistas, no he tenido tiempo de nada, no he leído ningún mensaje. Tras la final, entre prensa, radios, teles,… luego me fui a la cena y me metí en la cama. Desde que me he levantado no he parado, fotos y entrevistas. Cuando pueda intentaré ver lo que me han escrito y contestar a todo el mundo.
P: ¿Qué diferencia hay entre el Nadal de ahora y el de 2005, cuando ganó en Roland Garros su primer Grand Slam?
R: Lo que ha cambiado es la vejez, hay 15 años de diferencia que es lo único negativo de todo. El resto, las cosas básicas, importantes, de mi vida, no han cambiado mucho. Sigo viviendo en el mismo lugar, tengo los mismos amigos. Mi ‘modus vivendi’ fuera de los torneos ha cambiado relativamente poco.
P: ¿Dónde se ve dentro de 15 años?
R: No soy de hacer planes a tan largo plazo. Tengo cosas entre manos, la fundación, la academia y otras cosas que seguro irán apareciendo. Con la ilusión de vivir experiencias nuevas, de aprender y de ver qué depara el futuro. Por ahora sigo jugando al tenis.
P: ¿Cómo ha vivido estos meses tan duros para todo el mundo a causa de la pandemia de COVID-19?
R: Con tristeza. Soy una persona sensible y cuando veo tanto sufrimiento, tantas muertes y tanta gente pasándolo mal, sufro. En un momento dejé de ver las noticias porque me creaban un estado de tristeza que no era sano. Lo he vivido con preocupación, lo sigo viviendo con preocupación, porque las cosas vuelven a ir de forma no adecuada. Confío en que esta pesadilla se termine cuanto antes y que la gente pueda volver a vivir en un momento más agradable y más feliz.
Luis Miguel Pascual
EFE