Jerusalén, 20 enero de 2025.- El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, felicitó este lunes a Donald Trump por su investidura como presidente de Estados Unidos, asegurando que espera trabajar con él para lograr «el retorno de los rehenes restantes, destruir las capacidades militares y el mandato político de Hamás en Gaza y asegurarse de que el enclave nunca vuelva a ser una amenaza para Israel».
De no cumplir estos objetivos, las autoridades israelíes aseguran que continuarán la guerra en Gaza en lugar de extender el alto el fuego hacia su segunda fase, que implica el cese definitivo de las hostilidades.
«Estoy seguro de que completaremos la derrota del eje terrorista de Irán y marcaremos el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad en nuestra región», auguró además el mandatario israelí de cara a los próximos cuatro años de Trump en la Casa Blanca.
Israel e Irán aún mantienen la tensión tras su último intercambio de ataques, cuando la república islámica lanzó el 1 de octubre 180 misiles balísticos contra el Estado hebreo y este respondió en la madrugada del 26 atacando una serie de objetivos en este país y matando a cinco de sus soldados.
Ante la espera de la represalia iraní, el papel de Trump, antagónico a la República Islámica, podría ser decisivo en nuevos intercambios de fuego con Israel.
“Las defensas aéreas de Irán están destruidas. Así que este es el momento de tomar esas decisiones clave, y lo haremos durante el próximo mes”, indicó este lunes en una entrevista el asesor de seguridad nacional de la administración Trump, Mike Waltz.
En su toma de posesión, Trump se refirió a la región augurando un futuro «pacificador y unificador» en la región, y defendiendo el rol de su equipo a la hora de lograr el alto el fuego en Gaza.
El 7 de enero, durante una entrevista en su vivienda de Mar-a-Lago, Trump volvió a amenazar con hacer «estallar el infierno» en Orinte Medio si los rehenes que se encontraban en Gaza no eran liberados, y amenazó con consecuencias negativas generalizadas, no sólo para Hamás.
Entre las autoridades israelíes, el retorno de Trump se ve como una oportunidad para fortalecer sus intereses regionales, como ya ocurrió durante el primer mandato del magnate, en el que lograron establecerse los Acuerdos de Abraham, que normalizaron sus relaciones con Emiratos Árabes, Baréin, Sudán y Marruecos.
«Actuó como mediador en los históricos Acuerdos de Abraham, en los que Israel firmó la paz con cuatro países árabes. Creo que trabajando juntos de nuevo elevaremos la alianza entre Estados Unidos e Israel a cotas aún más altas», dijo en su vídeocomunicado esta tarde Netanyahu.
Trump también dio alas a los anhelos expansionistas sobre Cisjordania de algunos miembros ultras del Gobierno israelí, como el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich.
Smotrich escribió en redes sociales poco después de la victoria electoral de Trump que 2025 sería «el año de la anexión», en referencia a este territorio palestino que Israel ya ocupa en su gran mayoría.
EFE