Por años las mujeres han tenido que lidiar con la mirada morbosa, la palabra indecente, el piropo e incluso el temor de que en cualquier momento alguien la agreda o se sobrepase con su cuerpo. Una realidad que, hasta hace algunas décadas, se creía solo posible en los entornos presenciales y que hoy, lamentablemente, es una realidad que se vive en los entornos virtuales: es el acoso digital.
Sí, acoso digital, por extraño que suene, este consiste en que personas inescrupulosas, a través de las herramientas tecnológicas, dicen y escriben cosas, crean o muestran imágenes, entre otras acciones, con el fin de violentar, molestar y ofender a las mujeres y personas con identidades de género diversas.
“Nada se publica al azar, sino que lo que se publica tiene mensajes respecto a lo que deberían o no hacer las mujeres, sobre su aspecto físico, así como para hacer notar que están siendo vigiladas y que, en cualquier momento, además de vivir esa violencia en lo digital, pueden ser víctimas de una violencia física o sexual”, señala Ángela Anzola de Toro, presidenta ejecutiva de Fundación PLAN.
Estos individuos, por lo general, tienen una manera de actuar y es crear una relación de confianza con la víctima, que cuando ya se consolida, comparten por ejemplo fotos íntimas que luego utilizan para extorsionar. Esta es una de las muchas formas de ciberacoso que se presentan en la cotidianidad y que, con la pandemia, quedó en evidencia su aumento y gravedad.
Y es que las niñas y jóvenes no todo el tiempo están con adultos responsables que verifiquen el uso que se les está dando a estos medios, de la misma forma que para estar al tanto de con quiénes interactúan. El ciberacoso se ha acentuado con el aumento del número de usuarias de redes sociales y herramientas digitales, incluso las aplicaciones de juegos en las que se puede interactuar ya sea con voz o escritura, han ampliado también las formas y los medios con los que se presenta el acoso.
En este contexto y con el objetivo de presentar cifras concretas y herramientas para hacerle frente al acoso digital, la Fundación PLAN presenta el informe ¿Libres para estar en línea? liderado por Plan International, en el que participaron más de 14.000 adolescentes y jóvenes entre 15 y 25 años de 22 países y cinco regiones: Europa, América Latina, Norteamérica, Asia y el Pacífico y África. Entre los países de América Latina, Colombia participó con 500 niñas. Los resultados son claros: en el caso de Colombia se encontró que las niñas y mujeres jóvenes han experimentado alguna forma de acoso en línea en redes sociales mucho más que en otras regiones.
En el país, el 67 % de las niñas y mujeres jóvenes informaron que han experimentado alguna forma de acoso en línea en redes sociales, mientras que en el total de los 22 países lo hicieron 58 % y en América Latina 60 %. Es decir, Colombia está siete puntos porcentuales por encima del promedio de la región y nueve arriba del total global, así que las niñas viven el acoso en el espacio digital mucho más que en otras regiones.
En Colombia el 57 % de las niñas informa haber experimentado acoso en Facebook, seguido de 26 % en WhatsApp y 25 % en Instagram, mientras que en los 22 países el 39 % de las niñas y mujeres jóvenes que participaron del estudio informaron que Facebook es la red donde se sienten particularmente más inseguras, 23 % denunciaron acoso en Instagram y 14 % en WhatsApp.
Estos datos no solo llaman la atención por los porcentajes de acoso que han experimentado en redes sociales y los tipos de acoso, sino porque evidencia que el acoso es parte de la vida de las niñas y mujeres jóvenes, especialmente de las colombianas. “Es importante que como sociedad reconozcamos que las niñas son acosadas en espacios públicos y también en espacios digitales y que esto genera sentimientos de miedo, entre otros”, dice Ángela Anzola.
En conmemoración del Día Internacional de la Niña, que se realiza hoy 11 de octubre, la Fundación PLAN organiza una serie de eventos para concientizar sobre la situación de las niñas en Colombia y el mundo. “No más niñas invisibles” es la campaña sombrilla bajo la cual se enfocan este año para que ellas estén conectadas y seguras y con ello se busca que las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes tengan acceso a una internet libre de violencias, poner fin al acoso y abuso al que están expuestas y hacer visible el limitante que tienen para acceder a internet como herramienta para la educación, empoderamiento y activismo.
Fortalecer el enfoque de género en la justicia, asegurar que las políticas gubernamentales sobre el acceso a internet sean inclusivas y asumir la responsabilidad de crear un entorno en línea seguro son algunas de las recomendaciones que las niñas y jóvenes encuestadas han destacado e involucran a todos los actores de la sociedad.
En conclusión, educar, crear conciencia sobre ciudadanía digital y reconocer el daño causado por el acoso y la violencia en línea contra las mujeres y las niñas es clave para convertirse en espectadores activos que denuncien los abusos y amplifiquen las voces de las niñas, mientras se vela por su cuidado.
Datos a destacar del informe
Las niñas y mujeres jóvenes identificaron quiénes las acosan: su pareja actual o anterior: 11 %, amigos: 21 %, personas de la escuela o el trabajo: 27 %, personas de las redes sociales que no son amigos: 32 %, extraños: 44 %, grupo de extraños: 20 % y usuarios anónimos de redes sociales: 39 %. En Colombia los resultados muestran que, en general, las niñas se enfrentan al acoso digital en la misma medida que al acoso callejero.
Para generar cambios, las niñas proponen:
• Que las empresas de redes sociales deberían luchar en contra del acoso en línea en sus plataformas.
• Que otros usuarios de las redes sociales que presencian el acoso en línea deberían tomar medidas en contra.
• Que les gustaría ver a las organizaciones de la sociedad civil y activistas luchando contra el acoso en línea.
Tomado de El Espectador