Los niños y niñas que viven en zonas de conflicto afrontan el mayor riesgo de violencia y esas circunstancias afectan a esos menores de manera distinta según su género, denunció este miércoles un informe divulgado por la organización «Save The Children».
El documento, titulado «Alto a la guerra contra la niñez 2020», subraya que la cantidad de niños y niñas que habitan en áreas de conflicto de alta intensidad asciende ahora a 149 millones, el doble de aquellos que viven en Estados Unidos.
La citada organización advierte de que las guerras se están intensificando y que, aunque hay menos niños residiendo en zonas afectadas por conflictos, los que lo hacen se enfrentan a mayores riesgos de sufrir violencia extrema.
«Nuestro informe muestra que las guerras actuales se están volviendo cada vez más peligrosas para la niñez. Los niños y las niñas que viven en zonas afectadas por conflictos enfrentan un riesgo mayor de ser asesinados, mutilados, reclutados por grupos armados o abusados sexualmente», afirmó la directora ejecutiva de Save The Children International, Inger Ashing.
En concreto, unos 415 millones de niños y niñas de todo el mundo vivían en zonas de conflicto en 2018, algo menos que en 2017.
No obstante, el número de violaciones graves verificadas -los peores crímenes contra la infancia- aumentó, y esto refleja que los niños y las niñas que viven en esas zonas violentas están expuestos a una mayor probabilidad de ser asesinados o mutilados, reclutados, secuestrados, abusados sexualmente, de que sus escuelas sean atacadas, o de que se les niegue acceso a la ayuda.
El documento, publicado antes de la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde los líderes mundiales debatirán problemas que afectan a la seguridad internacional, analiza además cómo las violaciones graves contra la niñez que vive en zonas de conflicto afectan de distinto modo a las niñas y los niños.
En este sentido, las niñas están mucho más expuestas a ser violadas, forzadas al matrimonio forzoso o a ser víctimas de otros abusos sexuales -el 87 % de los casos de violencia sexual verificados involucraron a niñas frente al 1,5 % que fueron perpetrados contra niños-.
Somalia y la República Democrática del Congo fueron los países más peligrosos para las niñas, según el texto.
Otro dato divulgado apuntó a que entre 2005 y finales de 2018, hubo casi 20.000 casos verificados de violencia sexual contra niños y niñas.
Tan solo en 2018, la violencia relacionada con los conflictos hizo que al menos 12.125 niñas y niños resultaran muertos o heridos, una cifra que es un 13 % superior a las registradas el año anterior.
Afganistán es el país más peligroso para la niñez, de acuerdo con el informe, pues la cantidad de ataques contra escuelas y hospitales registrados también aumentó a 1892, lo cual refleja un incremento interanual del 32 %.
Las violaciones a las que estuvieron más expuestos los niños fueron los asesinatos y las mutilaciones, los secuestros, y los reclutamientos por parte de fuerzas o grupos armados.
De todos los casos comprobados de asesinatos y mutilaciones, el 44 % de las víctimas fueron niños y el 17 %, niñas. En los casos restantes, no había datos sobre el género.
El texto indica asimismo que los adolescentes están expuestos a una probabilidad mucho mayor que las adolescentes a ser asesinados durante un conflicto.
Otro dato que se remarca apunta a que los niños están más expuestos al reclutamiento por parte de las fuerzas o los grupos armados, así como a los secuestros. De los más de 2.500 niños y niñas secuestrados por los grupos armados en 2018, el 80 % eran varones.
La directora de Save The Children International lamentó que es «escalofriante que el mundo permanezca impávido mientras las niñas y los niños son blanco de ataques impunes».
Recordó que desde 2005, se han registrados al menos «95.000 muertes o mutilaciones infantiles, decenas de miles de niños y niñas han sido secuestrados, y se les ha negado el acceso a la educación o a los servicios de salud a millones de niños y niñas cuyas escuelas y hospitales fueron atacados».
La muerte de estos menores continuará, alertó, «a menos que todos los Gobiernos y las partes en conflicto actúen ahora mismo para hacer valer las normas y los estándares internacionales, y para lograr que los agresores respondan por sus crímenes».
EFE