Uno de los testigos narró que miembros de la Tercera Brigada del Ejército comenzaron a dispararles a los jóvenes, quienes formaban parte de la Guardia Indígena, pese a que se encontraban desarmados.
Una operación del Ejército colombiano en la zona rural de Jamundí, en el Valle del Cauca, dejó a un joven indígena muerto y otro herido, en lo que algunos testimonios señalan como una ejecución extrajudicial.
Ómar Gusaquillo y Diego Alexis Vega formaban parte de la Guardia Indígena que hacía vigilancia nocturna, debido al robo de ganado en esta zona rural de Jamundí, al suroeste de Colombia, que históricamente ha tenido presencia de grupos guerrilleros y narcotraficantes.
Según narró Diego en su primera declaración, a las 05:45 horas (tiempo local) de este jueves, cuando los jóvenes se preparaban para darse un aseo personal en una casa, fueron sorprendidos por elementos de la Tercera Brigada del Ejército, quienes les gritaron: “¡Quietos, manos arriba!”
Visiblemente asustados, Omar les respondió: “No disparen, estamos desarmados. Somos de la Guardia Indígena”. Inmediatamente después de que los jóvenes de la comunidad nativa Kiwe Nasa se identificaron, el Ejército comenzó a dispararles, pese a que tienen jurisdicción en esta zona rural, según información difundida por Semana.
Como resultado del operativo militar, Ómar resultó muerto y Diego herido, por lo que fue trasladado a un hospital.
¿Falso positivo?
Medios locales reportan que el Ejército habría señalado a Ómar como miembro de una organización criminal y aseguraron que en la vivienda donde murió se encontró un uniforme camuflado, un radio teléfono amarillo y un arma de fuego.
Sin embargo, algunos vecinos de la zona dijeron a Semana que el Ejército trató de montar un “falso positivo”, como se le conoce a los casos, bajo el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2006 y 2006-2010), en los que miembros del Ejército presentaban como guerrilleros ‘dados de baja en combate’ a jóvenes asesinados extrajudicialmente.
Lina Tabares, integrante de la organización de derechos humanos Tesa Paz, denunció que las manos de Omar tenían rastros de tierra, lo que según ella representa “una clara prueba de que el cadáver lo arrastraron”. Los vecinos de la zona montaron un cordón humanitario para impedir que la escena fuera modificada.
“Cruel asesinato”
La Organización Regional Indígena del Valle del Cauca (Orivac) rechazó el “cruel asesinato” de Omar Guasaquillo.
“Vuelve la zozobra de muertes, amenazas, al territorio colombiano, en especial al Valle del Cauca”, denunció Orivac en un comunicado, en el que también acusa al Gobierno de Iván Duque de su falta de compromiso con los acuerdos de paz firmados con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En lo que va del Gobierno de Iván Duque, que comenzó el 7 de agosto de 2018, 102 líderes y lideresas indígenas han sido asesinados, según datos de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
La ONIC hizo un llamado al Gobierno de Duque a retomar el Acuerdo de Paz firmado en 2016.