La Corte Penal Internacional (CPI) impuso este jueves una pena de 30 años de cárcel al exjefe guerrillero congoleño Bosco Ntaganda por crímenes de guerra y de lesa humanidad, lo que supone la sentencia más alta emitida hasta el momento por este tribunal.
Ntaganda era exjefe adjunto del Estado Mayor de las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC) entre los años 2002 y 2003, y la condena es aún mayor que la recibida por el propio jefe de las FPLC, Thomas Lubanga, al que la misma corte le impuso 14 años de cárcel.
La sentencia de 30 años es la máxima en la CPI. Los jueces pueden imponer la cadena perpetua en los casos más extremos, pero el panel de tres magistrados que juzgó al exjefe guerrillero consideró que las condiciones para aplicar dicha pena no se cumplen.
El juez presidente de la sala, Robert Fremr, hizo énfasis tanto en la gravedad de los crímenes como en las consecuencias físicas y psicológicas sufridas por las víctimas de Ntaganda para justificar la condena.
«Sufrieron estigmatización y rechazo social», dijo el magistrado, que puso como ejemplo el caso de una menor de edad violada por miembros de las FPLC cuyas heridas «tardaron meses en cicatrizar», razón por la cual dejó la escuela y sufrió estrés postraumático.
La CPI no tuvo en cuenta ninguno de los factores que, según la defensa, deberían haber atenuado la pena, como el comportamiento del condenado durante el juicio o sus supuestos intentos para la desmovilización de sus tropas.
Ntaganda compareció con una corbata roja y una chaqueta azul, se levantó para escuchar la sentencia, tal y como es habitual en la CPI, no hizo ningún gesto cuando la escuchó.
Los magistrados descartaron imponer una multa, aunque las víctimas podrán reclamar indemnizaciones en unas vistas que se celebrarán próximamente.
El condenado deberá seguir encarcelado en el centro de detención de la CPI, en La Haya, debido a que la defensa ya ha anunciado que apelará la condena, explicó a Efe una fuente del tribunal.
En caso de que los jueces confirmen en segunda instancia la pena de cárcel, se estudiará en qué país podría Ntaganda cumplir el resto de la condena.
La orden de arresto contra él se emitió en 2006, mientras aún estaba en la República Democrática del Congo, y se entregó en marzo de 2013 en la embajada de Estados Unidos en Kigali, capital de Ruanda, para «establecer toda la verdad», según dijo durante el juicio.
El pasado julio, los jueces declararon a Ntaganda culpable de todos los crímenes a los que se enfrentaba, entre los que se incluían el alistamiento de niños soldado, permitir abusos sexuales a menores de edad, asesinatos, persecución y ordenar ataques contra la población civil de Ituri, en el noreste de la República Democrática del Congo, entre los años 2002 y 2003.
Asimismo, fue la primera vez en la que el tribunal de La Haya reconoció la existencia de un delito de esclavitud sexual durante el conflicto en ese país.
El tribunal consideró probado que el exlíder guerrillero de 45 años, conocido como «Terminator», fue el responsable directo de los crímenes de asesinatos y persecución, y perpetrador indirecto del resto de cargos.
La lectura de la condena reflejó la crueldad de los delitos de las FPLC, el ala militar de la Unión de Patriotas Congoleños, a pesar de que la segunda guerra del Congo (1997-2003) se encontraba en los últimos compases.
La mayoría de víctimas de las FPLC, dominado por las tribus hema, eran miembros de la etnia lendu que se vieron expulsados de Ituri, una región rica en minerales.
El proceso legal contra Ntaganda es el último respecto a la República Democrática del Congo juzgado por la CPI, después de la condena de catorce años de cárcel al jefe de las FPLC, Thomas Lubanga, y de doce años al responsable de otro grupo guerrillero, Germain Katanga.
EFE.