Un nuevo incendio que quemó en pocas horas más de 3.520 hectáreas y obligó a evacuar a cientos de residentes afecta este viernes 1 de noviembre el sur de California, en alerta por vientos huracanados con rachas de 112 kilómetros por hora.
El fuego bautizado como incendio María se extendió rápidamente por la comunidad de Santa Paula en el condado de Ventura, a 106 kilómetros de la ciudad de Los Ángeles, y afectó los campos de cultivos y los pueblos agrícolas de Somis y Saticoy, informó hoy el jefe del Departamento de Bomberos del condado de Ventura, Brian McGrath, en una rueda de prensa.
Al menos 7.000 personas fueron evacuadas, entre ellas centenares de inmigrantes, que trabajan en los cultivos de la zona.
Más de 18.000 estructuras están bajo riesgo por el fuego que también afecta extensas áreas de cultivos.
Las llamas de este siniestro corrieron rápidamente alimentadas por los llamados vientos de Santa Ana que azotan el área desde el martes pasado, cuando comenzó una alerta de bandera roja por las rachas de 112 kilómetros por hora.
Los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología para este viernes son alentadores, ya que la alerta de vientos huracanados para el sur de California termina y los bomberos tendrán mejores condiciones para lidiar con las llamas de este incendio que está fuera de control.
McGrath subrayó que los vientos han disminuido y que las bajas temperaturas han reducido la capacidad del fuego extenderse por las colinas.
Los cientos de bomberos que lidian con los otros siete grandes incendios en la zona metropolitana de Los Ángeles, que incluye cinco condados, esperan que las condiciones climáticas les ayuden a controlar las llamas y permitir el regreso a sus hogares de los cientos de evacuados.
En el norte de California, la mayoría de los 180.000 residentes del condado de Sonoma evacuados por el llamado incendio Kincade pudieron regresar a sus casas, después de que lograran contener el fuego en un 67 %.
Las llamas de este siniestro han quemado 31.467 hectáreas y destruido 167 casas y 135 estructuras.
Más de 1.600 viviendas se mantienen amenazadas por el Kincade, y 6.000 personas deben seguir en refugios.
El gobernador de California, Gavin Newsom, mantiene el estado de emergencia para todo el estado debido a los fuegos, que han asolado el estado en la última semana.
EFE.