Bruselas, 16 julio de 2021. – Al menos once personas han muerto en las inundaciones registradas en Bélgica, en especial en las provincias del sur y el este del país, y que también causaron importantes destrozos en Luxemburgo y Países Bajos.
La provincia belga de Lieja sigue muy afectada por las inundaciones y las lluvias torrenciales que han azotado especialmente esa zona del país, donde se han contabilizado la mayor parte de las víctimas mortales.
En la ciudad de Chaudfontaine se encontraron dos cuerpos sin vida esta noche, según informó la prensa local y el alcalde, Daniel Bacquelaine.
En el municipio de Aywaille, donde se encontró anteriormente el cuerpo de un hombre de unos cincuenta años, el alcalde Thierry Carpentier informó de que se habían evacuado varios campings.
En la zona del Hemeco, los bomberos contabilizaron más de 400 intervenciones desde el miércoles en varias localidades, entre ellas Wanze, donde trataron de socorrer a una anciana que finalmente fue arrastrada por la corriente y no pudo ser rescatada, según medios locales.
En Pepinster, también en la provincia de Lieja, se encontró un fallecido debajo de un puente parcialmente derrumbado, según fuentes municipales, que informaron ademas del vuelco de una embarcación de salvamento con cinco bomberos y tres vecinos que acaban de ser rescatados de sus casas. Los primeros lograron ponerse a salvo, pero los segundos están desaparecidos.
También permanece desaparecida una adolescente de 15 años que fue arrastrada por la corriente del río Ourthe en la provincia belga de Luxemburgo.
En la localidad de Verviers, otra de las más afectadas por la lluvia y las crecidas de los ríos, se encontraron cuatro cadáveres, que se sumaron a otros dos confirmados anteriormente en las localidades de Eupen y Aywaille, todas ellas en las proximidades de Lieja.
La alcaldesa en funciones de esa ciudad, Christine Defraigne, pidió este jueves a sus habitantes de desalojen el municipio, el quinto de Bélgica, con una población de casi 200.000 personas, especialmente «a los que viven a orillas del Mosa».
De hecho, a lo largo de la tarde del jueves, el nivel del Mosa subió en el centro de la ciudad de Lieja y el agua se desbordó en varios lugares, informó el jueves por la noche la portavoz de la zona policial de la ciudad.
Todos los municipios a lo largo del Mosa en la provincia de Limburgo también llevaron a cabo evacuaciones preventivas en las zonas propensas a las inundaciones.
Debido a las fuertes lluvias de los últimos días, la crecida del Mosa alcanzó niveles inusualmente altos y las previsiones indican que la situación no hará más que empeorar, ya que se prevé un caudal de hasta 3.750 metros cúbicos por segundo, algo que no ocurría desde hace 100 años.
Los bomberos, cansados, concentraron sus intervenciones durante la noche en las operaciones urgentes para poder retomar el resto el viernes por la mañana.
El Gobierno activó el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea (UE) para hacer frente a los daños provocados por el mal tiempo en la zona oriental del país, anunció la ministra del Interior belga, Annelies Verlinden.
Este mecanismo posibilita llamar a otros países para pedir ayuda específica en material, personal, etc. y también permite movilizar el equipo europeo de apoyo de protección civil.
Francia respondió que enviará dos helicópteros para socorrer al país vecino, al que también asistirán Italia y Austria.
«Esta situación es una calamidad nacional», ha declarado a la emisora local el jefe del Gobierno de la región de Valonia, Elio di Rupo, sobre las lluvias torrenciales, que han provocado graves perturbaciones en algunas provincias, incluido el cierre de carreteras, la interrupción del transporte ferroviario y el descarrilamiento de un tren.
En el vecino Luxemburgo, donde en algunas zonas se llegaron a registrar hasta 100 litros de lluvia por metro cúbico, el gobierno de Xavier Bettel declaró este jueves estado de desastre natural por la «dramática situación» que vive el país, en el que por ahora no hay que deplorar víctimas mortales.
También el gobierno neerlandés de Mark Rutte declaró en la noche del jueves el estado de catástrofe natural en la provincia de Limburgo, limítrofe con Alemania, donde se registran los mayores daños y víctimas mortales de las tormentas que afectan al norte de Europa.
A Limburgo viajó este jueves la secretaria de Estado Stientje Van Veldhoven, quien trasladó al resto del gabinete de Rutte los incalculables daños causados por la fuerza del agua en casas, empresas, carreteras y puentes.»Esto solo pasa cada 200 años», dijo.