Nairobi, 12 de agosto de 2024.- El Gobierno de Tanzania ha tramitado nuevas licencias de caza y planea emitir más, una práctica que es la principal causa de muerte de los elefantes con colmillos de más de 40 kilogramos o ‘big tuskers’ en el norte del país, denunciaron este lunes más de cincuenta oenegés, con motivo del Día Internacional del Elefante.
«En los últimos ocho meses ya han matado a cinco y esto se debe a (…) una empresa de caza (…) que ha utilizado sus permisos de caza para capturar elefantes» en el área de Enduimet, cerca del Kilimanjaro, afirmó durante un evento celebrado en Nairobi Joyce Poole, directora científica de Elephant Voices, una de las organizaciones implicadas.
Frente a esta situación, las ONG presentaron ante el Gobierno tanzano una petición con más de 500.000 firmas recogidas desde el pasado mes de marzo para poner fin a la caza deportiva de los elefantes, en concreto de la población que se mueve entre los espacios naturales fronterizos de Kenia y Tanzania.
A pesar de ser originarios del parque nacional de Amboseli (sur de Kenia), los paquidermos de este grupo particular emigran a Enduimet, en el norte de Tanzania.
«Si se eliminan otros cinco elefantes de esta población, podríamos perder el 50 % de los elefantes de colmillos grandes restantes», que son los más estudiados en el mundo, alertó Poole.
Las organizaciones ecologistas recordaron que durante los últimos treinta años no se han registrado incidentes de caza de elefantes en la zona gracias a un acuerdo establecido en 1995 entre Kenia y Tanzania, tras el escándalo desatado por la muerte de cuatro machos en territorio tanzano.
Los ejemplares masculinos, tal como muestra un estudio del proyecto de investigación Amboseli Elephant Research Project, tienen un importante papel en la reproducción de la especie entre los 35 y los 55 años, con una vida sexual activa que va más allá incluso de los 60.
Así, estos machos mayores, expone el estudio, son los que engendran la mayoría de las crías, por lo que su extinción podría alterar la estabilidad de los grupos familiares y su forma de socializar.
Paula Kahumbu, directora general de Wildproject Direct, otra de las ONG impulsoras de la petición, instó a los gobiernos tanzano y keniano a buscar una solución común «para preservar el valor científico y económico de estos elefantes transfronterizos».
«Los beneficios a largo plazo del ecoturismo, la ciencia y la conservación superan con creces los beneficios a corto plazo de la caza deportiva en un solo país», destacó Kahumbu durante el acto en Nairobi.
Se cree que solo existen unos 20 elefantes macho con colmillos de más de 40 kilogramos y la mayoría viven en el citado ecosistema, entre Amboseli y el oeste del Kilimanjaro, debido a «la composición genética particular» de esa población y la protección que se les ha ofrecido durante décadas, según las ONG.
El número de estos animales en África ha disminuido un 60 % durante los últimos 50 años, de acuerdo con los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que empujó a esa organización a declararlos en peligro de extinción.
Sus principales amenazas son la pérdida de sus hábitats y la caza furtiva incentivada por la demanda del marfil, procedente sobre todo de algunos países asiáticos.
EFE