Asunción, 20 enero- Paraguay, inmerso en una larga ola de contagios del coronavirus SARS-CoV-2 que no da tregua a su sanidad pública y ahora golpea a la población joven, sigue a la espera de las vacunas, cuya llegada «es inminente», afirmó este miércoles el ministro de Salud, Julio Mazzoleni.
En declaraciones a los medios en Coronel Oviedo, distante 120 kilómetros al este de Asunción, Mazzoleni dijo que «es inminente» el anuncio del desembarco de la primera partida, previsiblemente para la primera quincena de febrero.
Y sería fruto de las negociaciones contrarreloj que el Gobierno de Mario Abdo Benítez mantiene con representantes de las empresas farmacéuticas certificadas, por fuera de la plataforma global Covax, cuya primera remesa al país está prevista para mayo o junio.
«No queremos crear falsas expectativas, estamos buscando la vacuna que tenga disponibilidad inmediata antes de las del Mecanismo Covax», red de distribución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para países pobres y en vías de desarrollo, señaló.
Mazzoleni tampoco avanzó sobre cuál de las cinco farmacéuticas habilitadas por los órganos de regulación de EE.UU y Europa será la proveedora, aunque aseguró que las vacunas procederán «de ese grupo que ya tiene evidencias de que son efectivas y seguras».
Paraguay acordó el año pasado con el fondo rotatorio de la OMS la provisión de al menos cuatro millones de vacunas para inmunizar a alrededor del 30 % de su población de siete millones en una primera etapa.
Pero el retraso de Covax obligó al Gobierno a salir a buscar opciones en el sector privado, para lo cual tuvo que modificar dos veces la ley de vacunas, primeramente para hacerlo fuera de ese mecanismo y luego por una cláusula de confidencialidad reclamada por las farmacéuticas.
«Ha sido (Paraguay) uno de los primeros países que ha suscrito el acuerdo (…) fue uno de los primeros en adelantar dinero para eso y lamentamos profundamente el retraso que ha tenido», dijo el ministro la pasada semana, cuando los reportes apuntaban a un fuerte aumento de contagios.
El país se encuentra al límite de la capacidad de respuesta de los hospitales públicos con 123.359 positivos confirmados desde el primer caso reportado el 7 de marzo de 2020, mientras que la cifra de muertes acumulada ascendió 2.536 con los 17 decesos registrados el martes.
Y por primera vez se atravesó la barrera de los 200 en cuanto a los cuidados intensivos después de que las camas de este servicio fueran ocupadas por 209 pacientes entre los 825 hospitalizados, otro récord de la sanidad pública, en la que crece la gente joven entre los infectados.
En este sentido, la directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles del Ministerio, Viviana de Egea, dijo el lunes a Efe que cada vez es mayor la infección y la hospitalización de jóvenes, algo que las autoridades atribuyen a la relajación social.
De hecho, dos de las últimas 17 muertes diarias son de personas de entre 20 y 39 años.