El cobro de una nueva vacuna, como se le dice popularmente al recaudo ilegal que miembros de bandas delincuenciales realizan por sus “servicios de vigilancia”, es decir, el cobro extorsivo cuyo recibo los autoriza a cuidar a la comunidad (a protegerla de ellos mismos), obligó a que decenas de conductores salieran a paro desde este martes 12 de junio en la comuna 13.
Las rutas de buses que cubren los barrios Betania, Belencito y Corazón cesaron sus actividades por un mensaje amenazante de parte de los combos de la zona en el que se les obliga a pagar un nuevo “impuesto” de 138.000 pesos a los combos, para permitirles trabajar y proteger la integridad física tanto del conductor como de sus familiares.
Ochenta buses de las rutas 201, 202, 203 y 221, incluyendo los vehículos integrados al Metro, tuvieron que parar para evitar que contra ellos se adelanten agresiones por parte de los integrantes de las asociaciones criminales que operan en la comuna 13, San Javier.
Las autoridades le restaron importancia al hecho y aseguraron que, primero, no tienen denuncias al respecto, y, segundo, que están dadas todas las garantías para que lo conductores realicen su labor, gracias a las capturas de miembros de bandas ilegales en los últimos meses.
Apunte Urbano
Como sucede en estos casos en los que la autoridad pasa de soslayo, de largo, de pasada, sin comprometerse mucho, los únicos que enfrentan el hecho, con mucho temor, son quienes sufren los vejámenes de los ilegales, los conductores, quienes finalmente terminan cubriendo con su peculio o su vida las exigencias de los bandidos, porque hasta las empresas para las cuales trabajan los dejan abandonados a su suerte. No hay garantías, pero hay que trabajar para mantener a la familia.