Tegucigalpa, 11 marzo.- El Partido Salvador de Honduras, que preside Salvador Nasralla, conocerá el domingo a los candidatos presidenciales de los opositores Liberal y Libertad y Refundación (Libre), con los que podrá conformar una alianza para sacar del poder al Nacional, que lleva tres períodos consecutivos gobernando.
El ente político que dirige Nasralla fue creado luego de las elecciones generales de noviembre de 2017, en las que fue reelegido el actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, del gobernante Partido Nacional.
Nasralla asegura que el Partido Nacional le «robó» el triunfo en los comicios de 2013, cuando participó al frente del Partido Anticorrupción (Pac), que comenzó a organizar en 2011, después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente del país centroamericano, Manuel Zelaya, y en 2017, cuando lideró una Alianza contra la Dictadura.
Según Nasralla, el presidente Hernández, no solo se reeligió mediante un «fraude», sino que también le destruyó el Pac, del que algunos de los diputados que obtuvo en 2013 se terminaron pasando al Partido Nacional.
La Constitución de Honduras no permite la reelección bajo ninguna modalidad, pero una interpretación del poder judicial le dio vía libre a Hernández para que se postulara para los comicios generales de 2017, los que fueron salpicados por denuncias de «fraude» por parte de las principales fuerzas de oposición, el Partido Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Liberal.
NASRALLA NO HARÁ ALIANZA CON POLÍTICOS CON ANTECEDENTES PENALES
Salvador Nasralla, de 68 años, es un ingeniero civil industrial con estudios en Chile, que la mayor parte de su vida la ha dedicado a la televisión, principalmente como conductor de un programa deportivo y otro de variedades en un canal de la Compañía Televicentro.
Nasralla considera que la prioridad del país es sacar del poder a Juan Orlando Hernández y al Partido Nacional del poder, y acusa además al gobernante de «narcotraficante» y «corrupto».
En mayo de 2017, con la idea de vencer al Partido Nacional en las elecciones de noviembre de ese año, Nasralla hizo una Alianza contra la Dictadura con los partidos Libre e Innovación y Unidad-Social Demócrata (Pinu-Sd).
El coordinador general de la Alianza, que fue disuelta en junio de 2018, fue Manuel Zelaya, mientras que Salvador Nasralla el candidato presidencial.
Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, que perdió las elecciones generales de 2013 al frente de Libre, con la Alianza aceptó participar en 2017 como candidata a designada presidencial (vicepresidenta).
Los resultados de los comicios internos del próximo domingo definirán a los candidatos presidenciales de los partidos Nacional, Libre y Liberal.
En el Partido Liberal la candidatura presidencial la disputarán Luis Zelaya, excandidato en las elecciones generales de 2017; el exministro de la Presidencia Yani Rosenthal, y el periodista Darío Banegas, quien lleva dos períodos como diputado ante el Parlamento hondureño.
Si ganara la candidatura de los liberales Yani Rosenthal, Nasralla ha advertido que no haría alianzas con él por sus antecedentes penales en Estados Unidos, de donde regresó en agosto de 2020, después haber sido condenado el 14 de diciembre de 2017 a tres años de prisión por lavado de dinero ligado al narcotráfico.
Yani es hijo del banquero y político Jaime Rosenthal, fallecido en 2019, quien también fue acusado del mismo delito, lo mismo que su sobrino Yankel Rosenthal.
En Libre la candidatura presidencial la disputarán cuatro candidatos, entre los que figura Xiomara Castro, y Nasralla está dispuesto a una nueva alianza con ellos.
Según analistas, los partidos de oposición, por sus divisiones internas, necesitan de una alianza para poder sacar del poder al Partido Nacional, que se impuso en las elecciones generales de 2009, 2013 y 2017, aunque sus tres administraciones han sido salpicadas por múltiples denuncias de presuntos actos de corrupción y narcotráfico.
Las primarias del domingo son previas a las generales del 28 de noviembre, que serán las undécimas desde que el país retornó a la democracia en 1980, sin que el retorno al orden constitucional haya representado bienestar colectivo para los hondureños.
Cuatro décadas después del retorno a la democracia, Honduras enfrenta una crisis política y social derivada del golpe de Estado a Manuel Zelaya en 2009, que se agudizó con el presunto fraude en las elecciones generales de 2017.
Para empeorar la situación, el país sigue con una alta incidencia de contagios y muertos por covid-19, por la pandemia que se comenzó a expandir en marzo de 2020, que ha dejado alrededor de 175.000 contagios y más de 4.000 fallecidos.
Ese mismo año, en noviembre, el país sufrió severos daños por el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota.
La pandemia de covid-19 y los fenómenos tropicales golpearon fuerte a la débil economía hondureña y dispararon los índices de pobreza.
Antes de las desgracias sufridas por el país en 2020, la pobreza afectaba a más del 60 por ciento de sus 9,5 millones de habitantes, pero la cifra podría estar arriba del 70 por ciento, según analistas.