Tiro (Líbano), 30 nov – Hassan Dbouk, alcalde de la ciudad de Tiro, en el sur del Líbano, afirma que los sitios patrimonio de la humanidad por la Unesco que alberga la localidad sufrieron «algunos daños» durante la ofensiva aérea israelí, si bien confirma que no fueron alcanzados directamente por los bombardeos.
En una entrevista con EFE mientras supervisa las labores de desescombro que recién comienzan en la urbe tras la entrada en vigor de un alto el fuego con Israel el pasado miércoles, Dbouk confirma que además al menos medio centenar de inmuebles quedaron derruidos y que no tienen suministro de agua.
«Los sitios patrimonio no recibieron impactos directos, pero hay algunos daños en ellos específicamente en la ciudad de Tiro», asevera el también presidente de la Unión de Ayuntamientos del distrito homónimo y jefe del Comité de Crisis regional.
La histórica ciudad, fundada en 2.750 a.C., fue la gran joya mercantil de los fenicios y posteriormente acogió a otras civilizaciones cuya huella sigue viva en ruinas romanas o vestigios medievales de los cruzados repartidos por diferentes rincones de la localidad.
Pérdidas por evaluar
El jefe de la Unión de Ayuntamientos destaca que en Chama, en el mismo distrito, parte de la ciudadela del sitio del Santo Chamoun Al Safa quedó «destruida», pese a ser un emplazamiento con reconocido valor histórico.
«Todo será reparado gracias a Dios. Quizás perdamos una parte de este patrimonio que destruyeron completamente, pero su simbolismo y alma permanecerán», zanja.
En términos generales, la ciudad de Tiro tiene entre 50 y 60 edificios completamente destruidos por los bombardeos israelíes, pero Dbouk recuerda que alrededor de cada uno de ellos «hay 5 o 6 inmuebles con daños que superan el 70 %».
Es su forma de describir el alcance de la ofensiva aérea en la urbe, ya que todavía no han podido llevar a cabo una evaluación más profunda y por ahora es pronto también para estimar las pérdidas en términos monetarios.
Su prioridad ahora es reabrir las carreteras para que los desplazados regresen a sus casas en la localidad, un retorno que ya comenzó el propio día de la entrada en vigor del cese de hostilidades. Con la calma, también van identificando problemas estructurales.
Frente a un edificio parcialmente derruido en pleno paseo marítimo, el alcalde explica que el impacto de los misiles en la parte superior debilitó el cemento, convirtiéndolo en un «riesgo» para cada persona que pasa.
«No es lógico tener víctimas ahora después de que sobrevivieron a la guerra (…) Esta operación necesita una evaluación y estudiar un poco los detalles para crear un plan de trabajo sobre como lidiar con ello», agrega.
Sin agua
«La gente está volviendo sorprendentemente, pero el problema es que el enemigo israelí atacó la principal estación de agua para la ciudad de Tiro, de modo que ahora la ciudad sin suministro de agua. No hay servicios para nada», sentencia el responsable.
Según dice, unos siete u ocho transportistas están trayendo agua a la urbe, pero la medida es insuficiente ya que hay «miles de unidades residenciales» que cubrir.
Dbouk apunta que organizaciones internacionales les están ayudando con este asunto y que, de hecho, la estación de bombeo es gestionada por Unicef y el Comité Internacional de Rescate (IRC, en inglés), en coordinación con la Autoridad Libanesa de Aguas.
Preguntado por el futuro del turismo, un sector clave para Tiro, el alcalde recuerda que tendrán que renovar la infraestructura necesaria para ese desarrollo turístico, pero se muestra optimista.
«Todos los establecimientos turísticos están aquí mirando y haciendo sus evaluaciones para saber cómo avanzar hacia delante», comenta, en referencia a los hoteles, restaurantes y cafeterías del paseo marítimo a los que ya se están acercando los empleados.
«Consideramos que la paz, que con suerte permanecerá, no preocupa al futuro de la ciudad para nada, porque ser una atracción le viene de sus elementos intrínsecos, que nadie sea Israel u otro puede destruir», concluye el alcalde.
EFE