Asunción, 4 nov – Los pescadores en Paraguay acatan desde este lunes una veda de la pesca comercial y deportiva que amenaza con agudizar la crisis que golpea a este sector debido a la peor bajante del principal río del país, desde que existen registros oficiales, a causa de la sequía.
La prohibición estará en vigor hasta el próximo 20 de diciembre en todo el país y en las aguas conjuntas con Argentina y se aplicará hasta el 31 de enero de 2025 en los cauces compartidos con Brasil.
Esta medida, establecida en 2008 en la ley 3556 de Pesca y Acuicultura y que se alargó a 47 días este año, busca proteger a las especies en su etapa de reproducción.
Se producirá esta vez en medio de una sequía que ha llevado a mínimos históricos al río Paraguay y cuyos efectos acusan actividades como la pesca y el transporte de mercancías.
«No se pesca como en años anteriores»
«El impacto que sentimos es crítico para nosotros en estos momentos por la bajante (del río), está muy baja el agua y la extracción de peces ha disminuido», dijo a EFE el secretario de la Asociación de Pescadores Profesionales de Blanco Cué, Bernando Vidal, una agremiación que funciona en el barrio Tablada Nueva, de Asunción.
Este hombre de 45 años que desde los 15 se dedica a esta actividad relató que hace unos seis meses escasean peces como el dorado, surubí, manguruyú o el pacú, considerados «el oro del río», por ser los más apetecidos y mejor pagados.
La explicación: la sequía histórica que afecta a Brasil, Bolivia y Paraguay. El río Paraguay -que nace en el humedal del Pantanal entre los tres países- marcó el viernes en Asunción 1,60 metros por debajo de su mínimo, la cota más baja en 120 años.
«No se pesca como años anteriores», reconoció Vidal, quien ahora solo captura dos o tres kilos de pescado diarios, si hay «suerte».
Para amortiguar el impacto de la restricción, el Ministerio de Desarrollo Social ha asignado un subsidio a los pescadores con licencia comercial.
El monto en 2023 varió entre 670.000 guaraníes -unipersonal- y 1.670.000 guaraníes -familia de más de 4 integrantes- (unos 85,02 y 211,91 dólares) para los 45 días de veda en las aguas con Argentina. Y fue de entre 870.000 y 2.150.000 guaraníes (110.40 y 272,82 dólares) durante los 90 días de prohibición en los cauces conjuntos con Brasil.
«Le agradecemos al Estado por el subsidio que dan, pero no alcanza para la mayoría de las familias», apuntó Vidal.
Esta preocupación la compartió Mario Aquino, un pescador «desde que tiene uso de razón».
«Casi al terminar la veda, ellos te pagan el subsidio y vos agarrás y le das (pagas) al almacenero (tendero) y te quedas sin nada otra vez; así es la vida de un pescador», confiesa este hombre de río, para quien quedaron atrás los días en los que pescaba surubíes de unos 18 kilos.
Con la veda, Aquino, quien a sus 56 años es vicepresidente de la Asociación de Pescadores de San Vicente de Blanco Cué, dice que buscará el sustento en la albañilería.
Otros pescadores han decidido probar suerte lejos.
Según Mónica Bogado, una de las once mujeres de la Asociación San Vicente, varios pescadores han viajado hacia las aguas profundas del departamento de Concepción (norte) en busca de algún pacú, dorado o surubí.
«La verdad que da mucha tristeza ver (el río) así», confesó Bogado a EFE, quien teme que el río vaya «a dejar de existir».
2024, el peor año
Las cifras oficiales apuntan a que 2024 será el peor año para la pesca en Paraguay desde 2018.
Según el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), hasta octubre de este año se extrajeron 343.364 kilos de pescado, frente a los 504.567 kilos de 2023. En 2022, la pesca alcanzó 559.721 kilos y 986.979 kilos en 2021.
«Tenemos una disminución del volumen de extracción de las especies, coincidentemente con lo que es el período de este déficit (hídrico) que estamos teniendo (por) el fenómeno de La Niña hace 4 años aproximadamente», explicó a EFE el director de Pesca y Acuicultura del Mades, Adán Leguizamón.
Aunque reconoce que la veda es «beneficiosa» en términos de conservación, admitió que afecta a los cerca de 7.500 pescadores comerciales inscritos en el país.
«Somos órganos administradores de la ley ambiental de pesca que tenemos que hacer respetar», argumentó sobre la necesidad de la veda.
EFE