Santiago de Chile, 25 abril de 2025.– Conocido por su carácter carismático y su particular plumaje, el pingüino de Humboldt, especie insigne de Chile, vive actualmente bajo la amenaza de la actividad humana, responsable de la “alarmante” disminución de la población de este ave que lo está abocando a la extinción.
“El pingüino de Humboldt enfrenta múltiples amenazas en Chile, y la mayoría de ellas son de origen antrópico, es decir, producidas por el humano”, denuncia a EFE la especialista en biodiversidad de Greenpeace, Agostina Rossi, en el Día Mundial de los Pingüinos.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los 23.800 individuos maduros de esta especie, de tamaño mediano y climas templados, se encuentran en ‘categoría vulnerable’, pero Chile, que alberga el 80% de su población mundial, está a punto de elevar la alerta para situarlo en ‘categoría de peligro’, avanza a EFE el vicepresidente de la Unión de Ornitólogos del país austral, el doctor Alejandro Simeone.
“El camino del pingüino de Humboldt se está complicando progresivamente”, advierte Simeone, también investigador de la Universidad Andrés Bello, cuyos estudios estiman que la población reproductiva de este ave en Chile entre 2021 y 2022 era de entre 2.500 y 3.000 parejas, la mitad del censo del año 2000.
Amenazas en mar y tierra
“La destrucción y alteración de su hábitat debido al desarrollo urbano, minero e industrial en zonas costeras e islas donde nidifica es una de las principales amenazas. Además, la sobrepesca reduce las poblaciones de anchoveta y sardina, su principal alimento”, detalla Rossi.
“La captura incidental en redes de pesca, la contaminación marina por plásticos, metales pesados y derrames de petróleo, y los efectos de la crisis climática que alteran las corrientes y temperaturas del océano, afectando a la disponibilidad de peces, agravan su situación”, añade la especialista.
El máximo exponente de las amenazas marítimas es “la mortalidad que enfrentan los pingüinos cuando se enredan y asfixian en las redes de pesca utilizadas en buena parte del territorio”, lo que causa “varios cientos o miles de muertes al año”, lamenta Simeone.
En tierra, los ejemplares que viven en la costa de Chile, concretamente en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, ubicada entre las regiones norteñas de Atacama y Coquimbo, han visto peligrar su hábitat debido al megaproyecto minero-portuario Dominga de la compañía Andes Iron, que pretendía emplazarse en el corazón del archipiélago.
La propuesta fue rechazada por el Gobierno de Chile a causa de su impacto ambiental, que perjudicaría a los pingüinos con “el aumento en el tráfico marítimo, el mayor riesgo de derrames de hidrocarburos y la contaminación lumínica”, explica a EFE la bióloga marina de la organización Oceana, Catalina Sapag, pero la empresa sigue persiguiendo su aprobación por vías judiciales.
Un “indicador de salud del océano”
“Lo que tenemos más a mano para preservar esta especie es proteger sus hábitats de manera efectiva”, reclama Sapag, que propone “fortalecer las medidas de protección existentes y avanzar en planes de administración que garanticen claramente la preservación de especies endémicas y emblemáticas”.
En julio de 2024 el Gobierno chileno aprobó un plan para aumentar la población de pingüinos en los próximos 20 años con el objetivo de evitar su extinción, iniciativa cuyos resultados se podrán comenzar a comprobar dentro de “por lo menos” diez años, según Simeone.
“Con una ley, un decreto o un plan no tenemos el problema solucionado. Hay que hacer la traducción de lo administrativo a lo biológico para evaluar cuán efectivas han sido estas propuestas”, señala.
“El pingüino de Humboldt desempeña un papel crucial en su ecosistema”, recuerda la representante de Greenpeace, que asegura que la presencia de este ave es “un indicador del estado de salud del océano” y que su extinción “implicaría un desequilibrio ecológico serio con pérdida de biodiversidad y una señal alertas sobre la crisis que enfrentan los medios marinos”.
Desde el punto de vista humano, agrega Simeone, esta especie representa “un servicio ecosistémico bastante valorado”, pues es uno de los protagonistas del turismo de naturaleza del país, por lo que su desaparición supondría, además de un daño para el medio ambiente, la “pérdida de un recurso importante” para la sociedad.
EFE