Puede alcanzar hasta cinco centímetros y es considerada una amenaza para las colmenas de abejas encargadas de producir miel. La Vespa mandarinia japonica, conocida también como avispón gigante asiático, preocupa a las asociaciones de apicultores de diversas partes del mundo por la letalidad con la que ataca las poblaciones de abejas.
En 2019 fueron encontrados especímenes en Nanaimo, una isla cercana a Vancouver en Canadá, de allí por su cercanía al estado de Washington se alertó sobre la presencia de estas avispas en los Estados Unidos.
El avispón gigante asiático “es inconfundible”, dice Dimitri Forero, Ph.D, profesor asociado de la Universidad Javeriana y coordinador de Colecciones Biológicas del Departamento de Biología de la institución.
El profesional explica que esta especie nativa de Asia es depredadora de abejas apis mellifera conocidas como abejas europeas que son las que habitan las colmenas en Colombia.
“Las abejas apis mellifera que tenemos en Colombia para producir miel no se saben defender del avispón gigante asiático, mientras que las abejas japonesas, que son una especie diferente, tienen estrategias para defenderse de este y otros avispones. Si este avispón llegara a Colombia habría que preocuparse”, afirma.
Sin embargo, para Forero lo anterior es un “escenario hipotético” debido a que este avispón “no está establecido en el hemisferio occidental”.
“La situación real es que el avispón no está establecido en América, lo que ocurre es que a finales de 2019 encontraron unos reportes de estos ejemplares y un nido en Nanaimo que fue destruido. Las entidades encargadas siguieron haciendo vigilancia para buscar ejemplares y encontraron unos pocos pertenecientes, al parecer, al mismo nido. En 2020 no se han vuelto a encontrar individuos”.
Con su punto de vista concuerda el entomólogo Carlos Sarmiento, profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, experto en avispas sociales, familia a la que pertenece este avispón gigante asiático y de las cuales hay 230 en Colombia y alrededor de 4.000 en el mundo.
“El registro que se tiene es un registro único. El nido en el que fue hallada la especie no era muy grande y fue sacrificado inmediatamente. A partir de información de ADN se determinó que los avispones que se encontraron más adelante pertenecían a ese mismo nido. No hay registros más allá, se deberá esperar el próximo ciclo estacional porque los ciclos determinan cómo las colonias se reproducen”, explica.
Sarmiento, quien ha estado en contacto con algunos investigadores en Estados Unidos al frente de este hallazgo, señala que estos avispones habitan principalmente en zonas templadas y es en el invierno donde las colonias se expanden.
“En las avispas la reproducción ocurre entre una reina fértil y una avispa macho. En otoño, la mayor parte de la colonia desaparece y sobreviven las reinas jóvenes que abandonan el nido y buscan un hueco, un tronco de madera o un lugar protegido para hibernar durante el invierno”.
Peligro para las abejas. Forero manifiesta que la importancia de controlar a tiempo un enjambre de avispones es que si se logran establecer en el ecosistema después es muy difícil parar la invasión, lo que puede representar un peligro para la apicultura local.
Por su parte, Sarmiento señala que solo en Estados Unidos la industria apícola generó el año pasado 124 millones de dólares no solo por la miel, sino también por su rol más importante: la polinización.
“Las abejas tienen un rol vital en el ecosistema por ser unos importantes polinizadores. Se estima que cerca del 30% de todo lo que comemos proviene de la polinización de las abejas en los cultivos”, agrega.
Avispas ¿asesinas? Sarmiento explica que este avispón es un depredador “como todas las avispas”.
“Ellas cazan artrópodos pero pareciera ser que al haber agotamiento de recursos buscan las colmenas de abejas apis mellifera. Separan la cabeza del abdomen y solo se comen el torso, lo demás se lo llevan a sus enjambres para alimentar a sus huevos”.
El experto dice que a pesar de que algunos medios han catalogado al avispón como “asesino”, lo cierto es que las avispas podrían ocasionar daño en el ser humano solo cuando las personas se exponen a muchas picaduras (más de 30) o se presentan reacciones alérgicas a las avispas.
“Con las abejas quisieron desarrollar una especie que produjera más miel, pero esta especie era más agresiva que las demás y le llamaron abeja asesina, que es la misma africanizada. Hoy en Colombia el 99% de las abejas son africanizadas y si pican a personas sensibles podrían morir. Con la avispa pasa lo mismo en Japón mueren 50 personas por esta avispa y la población es de 126 millones”.
Dimitri Forero dice que las avispas también cumplen un papel importantísimo en el ecosistema, por tanto “no todas son malas”. “Al ser depredadoras acaban las plagas y hacen control de otros organismos. Ese es el balance en la naturaleza”.
Tomado de El Heraldo
