Policía estaría relacionada con asesinato reciente de líder de La Loma, San Cristóbal

FECHA:

IMG-20151124-WA0008
Imagen del sector San Pedro, en la Loma San Cristóbal, Medellín. Foto Análisisurbano.com

Redacción Análisis Urbano

(Informe especial)

Desde inicio del 2014, Análisis Urbano, con el respaldo de la ONG Corpades y de otras organizaciones defensoras de derechos humanos, viene denunciando la difícil situación que viven quienes habitan la vereda La Loma del corregimiento San Cristóbal de Medellín. En junio de ese año, este medio realizó un artículo titulado Los desterrados de San Gabriel, en el cual se sintetizaba la problemática y se advertía la urgencia de tomar medidas que garantizaran la seguridad del sector y su población. El llamado no se atendió por parte de la Administración Gaviria y la fuerza público restó importancia al problema, desde entonces, el territorio acumula una lúgubre lista de 20 personas asesinadas: 13 en el 2014, y 7 en lo que va del 2015.

[scribd id=291029779 key=key-MmRrvsR2WmBIHUg44EjM mode=scroll]

La última vida se cegó el pasado 10 de noviembre, se trataba de Uriel Humberto Amaya Correa, el presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de San Pedro, uno de los seis sectores que conforman la vereda La Loma del corregimiento San Cristóbal. Un ciudadano apreciado en el barrio por su trabajo social y su compromiso con la comunidad. Un hombre que defendía sus derechos y los de sus vecinos. El segundo presidente de esta JAC asesinado. Una víctima que estaba amenazada, que el Estado conocía, y que antes de morir culpaba a la policía.

El líder

Para el periodo de 2012 a 2014, este sector de la Loma contaba con poca participación en los escenarios de decisión administrativa y de gobernabilidad, razón por la que el liderazgo disminuyó y facilitó el posicionamiento y la legitimación de los grupos armados, legados del paramilitarismo, en el territorio. No obstante, con los desplazamientos forzados y masivos que se dieron en la Loma en el 2013 y el 2014, los cuales se llevaron toda la atención de los medios de comunicación, la Administración se vio obligada a atender la situación y se aproximó al sector con una oferta de Mesa y Unidad de Víctimas, iniciativa que pretendía hacer visible la vereda e integrar a todos sus sectores.

Dentro de las acciones y movilizaciones de la iniciativa, la comunidad vio que San Pedro era el único sector de la vereda sin Junta de Acción Comunal, por tal razón, sus representantes se dieron a la tarea de conformarla y desde la comunidad surgieron tres responsables; entre ellos, Uriel, como parte de la mesa de trabajo, y quien más adelante sería su presidente.

111115_accion_comunal_uriel_amaya
Imagen de Uriel Humberto Amaya, Presidente de la JAC del sector San Pedro de la Loma San Cristóbal, municipio de Medellín. Tomada de www.noticiascaracol.com

Para septiembre de 2014 por fin se conformó la JAC y Uriel fue su presidente. Emprendieron trabajo social e intentaron reconstruir, poco a poco, ese tejido social que la violencia destruye en los barrios periféricos de Medellín. La constancia les logró credibilidad y el líder fue reconocido y respaldado por la comunidad por su compromiso.

Actividades lúdicas, recreativas, organizativas y de integración, a fin de unir a la comunidad y reunir recursos para mejorar el territorio, caracterizaron la administración comunitaria de Uriel. No obstante, el líder también buscaba integrar su sector al resto de la vereda La Loma y del corregimiento San Cristóbal, por lo que desde San Pedro apoyaron muchas actividades culturales.

En abril de 2015, se hizo una asamblea barrial que contó con la participación de 227 personas, y que escogió siete delegados para participar en los consejos comunitarios del corregimiento. En la primera reunión se presentó una discusión entre dos delegadas, una joven nueva en esas reuniones y una antigua dignataria, y esta terminó en agresión física entre las dos. A partir de entonces, las intervenciones de los nuevos delegados, incluido Uriel, no fueron vistas -ni a ellos- con buenos ojos. Recibieron intimidaciones directas y vedadas de integrantes de la comunidad cercanos a quienes controlan armadamente el territorio de San Cristóbal, por lo que el líder decidió dejar de asistir. Uriel solo participo de tres eventos: el de su posesión, un consejo consultivo, y el de trabajo de las comisiones del 4 de octubre.

IMG-20151124-WA0005
Imagen del sector San Pedro, en la Loma San Cristóbal, Medellín. Foto Análisisurbano.com

“Manifestó que no se sentía seguro subiendo porque los que dirigen las diligencias delictivas en La Loma son los de san Cristóbal y desde el pasado puente, el primer puente de junio, en el que se celebró el festival de salsa, el del porro, y la jornada de barberos y sancochos, que fue el lunes festivo, en La Loma se dañó el pacto del fusil.  Ese lunes mataron a un joven y esas actividades eran programadas y ejecutadas principalmente por Uriel”, afirmó una persona muy cercana a la víctima.

Las intimidaciones y el asesinato de ese joven empezaron a dejar paso al miedo, y Uriel ya se sentía temeroso. Esta situación, la pusieron en conocimiento de la Secretaria de Participación  Ciudadana, el día 19 de octubre a las 3.15 p.m., uno de los apartes de la comunicación   que más bien parecía una premonición,  decía, » Dios no lo quiera que por hacer doler a la comunidad e intimidarla más para someterla atenten contra la vida del señor URIEL HUMBERTO AMAYA o alguno de nosotros que hacemos parte de la JAC, recordando que es la única organización activa en el territorio con incidencia política, social y de participación avalada por la administración municipal por hace más de 30 años». Pero supuestamente no recibió ninguna atención.

Los antecedentes

Con respecto al asesinato del líder comunitario, la hipótesis que tiene más fuerza entre habitantes del sector y cercanos a él, es que a Uriel lo mató la policía.  Todo empezó en el 2013 cuando este fue retenido junto a dos compañeros del barrio por agentes policiales.

De acuerdo a testigos de los hechos, los policías los retuvieron cerca de San Pedro pero luego los trasladaron a la parte alta de La Loma, a un sector conocido por su conflicto armado y porque representa una de esas fronteras –o barreras- invisibles arraigadas en el territorio. Una vez allí, al requisarlos, los uniformados fueron bastante agresivos por lo que Uriel, considerado un hombre paciente, les reclamó por el trato violento y les recordó sus derechos mencionándoles artículos del Código Penal que los protegían, los cuales conoció en curso que dictó la Personería de Medellín en el Parque Biblioteca San Javier.

“Al no tener nada con que judicializarlos, el policía decidió dejarlos en la calle, en pleno riesgo, pero Uriel le reiteró con argumentos el peligro que corrían, y fue tanta la insistencia que el policía decidió dejarlos donde los recogió. Pero Uriel quedó fichado y con la rabia del funcionario”, afirma una fuente cercana del líder comunitario.

No obstante, Uriel nunca escondió su desconfianza por el organismo policial: “él siempre hablaba y sospechaba de la Policía, en especial de uno, a quien tildó de trabajar con los que mandan en La Loma”, asegura un testigo que lo escuchó. Al parecer, Uriel no dijo el nombre del uniformado pero lo reconoció al llegar a su casa: el agente hacía parte del cuerpo policial que se estaba planteando para la protección del líder comunitario que ya se encontraba amenazado. Al verlo, Uriel renunció al esquema de seguridad porque le parecía aún más peligroso y no veía las garantías.

Captura114
Imagen de un miembro de la policía haciendo presencia en La Loma San Cristóbal, Medellín. Tomada de noticias.telemedellin.tv

Al parecer, esta situación la puso en conocimiento el pasado 30 de octubre, en una reunión de la JAC con dos funcionarios de la Unidad de Victimas, en la que también informó que estaba siendo hostigado vía Facebook. Manifestó que en este medio lo estaban señalando como “jefe financiero del combo de San Pedro, La Loma”, lo cual era altamente delicado, y le preocupaba, debido al tradicional enfrentamiento de entre este grupo paramilitar y mafioso, y el de La Loma. Diez días después Uriel fue asesinado al interior de su casa, pero la gente cercana no culpa a los criminales, la autoría, para ellos, fue de la policía.

La relación de la policía con el crimen

Uriel decidió rechazar la protección policial de la cual desconfiaba más y afirmó entre sus conocidos que él se sentía seguro en su casa y que tomaba las medidas de precaución que consideraba necesarias como el cambio de rutas, de rutinas, estar alerta y otras acciones que para él, lo protegían.

La semana antes de su homicidio, en San Pedro se presentaron dos policías que preguntaron a los vecinos por Uriel, vecinos que, en muchos casos, también eran sus familiares. Pidieron datos completos del líder comunitario y el número de su celular. Por esos mismos días, miembros de la familia también fueron  abordados por la policía.

“Estaban en la casa cuando un uniformado tocó. Lo hicieron pasar y el policía comenzó a solicitar los nombres completos, las cédulas y el teléfono de la casa, de quienes estaban en la morada. Incluso preguntó si la señora de él estaba casada con Uriel o si vivían en unión libre”, manifestaron testigos cercanos a la familia. “los moradores respondieron todo porque era la policía, y luego alguien fue a buscar una agenda para apuntar un celular que el agente les iba a dar para que llamarán en caso de una emergencia, fue cuando vieron que otro policía estaba como escondido y sin chaleco de identificación. Les dio miedo, pero ya era tarde, ya le había dado todos sus datos y hasta entraron y conocieron la casa”.

Luego de que los policías obtuvieran el número telefónico de la vivienda, según vecinos, las personas que habitan la casa empezaron a recibir varias llamadas en las que el interlocutor se identificaba como parte del Inder. Llamaron todo el fin de semana y preguntaron por Uriel pero sólo lo pudieron encontrar el lunes 9 de noviembre y, al parecer, en esa fecha acordaron el encuentro para el  día siguiente.

De acuerdo a varias fuentes cercanas a la familia, a ellos les pareció sospechosa la insistencia del supuesto integrante del Inder, por lo que al siguiente día, antes de salir a trabajar, le dijeron a la hija que si se cruzaba con el padre le advirtiera de no asistir a esa reunión. Uriel iniciaba sus labores a las 4:30 o 5:00 am todos los días, hora en que salía de casa, por eso la nadie pudo hablar con él, ese martes 10 de noviembre, día en que fue asesinado, no lo alcanzaron a ver y no le pudieron comentar su creciente desconfianza.

El domingo anterior, la JAC había hecho una jornada para limpiar un lote que iban a destinar para actividades deportivas y recreativas, y de la que Uriel participó. Durante el evento, él le comentó a otro de los presentes sobre el incidente que tenía con la policía, el hostigamiento del oficial que lo retuvo, y dejó entrever el miedo pero después cambió el tema y continuó con la limpieza.

fotografia
Imagen de la casa donde fue asesinado el Presidente de la JAC, Uriel Humberto Amaya Correa. Tomada de www.elcolombiano.com

Por esta razones mencionadas, y porque nunca ocultó su prevención con el organismo policial, gran parte de la comunidad culpa a los uniformados. “Quizá la policía no lo hizo directamente, pero hay una fuerte tendencia a que sea el actor intelectual”, afirma uno de los allegados de Uriel. “¿Por qué fueron al barrio y a su casa a investigar datos que la Secretaria de Participación Ciudadana, o la Mesa y Unidad de Victimas les podía dar?, ¿por qué  ocultaron la información de sus placas y merodearon el sector, cosa que no es frecuente, por esos días?”, son las preguntas que más se hacen sus conocidos.

De acuerdo con testigos que vieron a Uriel y que estuvieron en el barrio por esa tarde, al parecer, de La Loma vieron bajar dos sujetos, uno de ellos portaría el uniforme del Inder y el otro llevaría un uniforme verde de la policía.

La cita con el supuesto funcionario del Inder la confirmó otra persona que subió con Uriel en un colectivo, y a la que este le prometió que después de la reunión con el Inder, en la que sólo le entregarían una papelería, se encontrarían para ultimar detalles logísticos de un evento de salsa que el líder estaba organizando. Una hora después, Uriel estaba acostado en el piso de su casa y con una bala, de perfecta puntería, que entró a su cabeza justo por el lado de una ceja.

IMG-20151124-WA0004
Imagen tomada de Facebook.

El crimen

Uriel abrió la puerta de su casa, eso indican las llaves se encontraron en su mano izquierda y, al parecer, intentaba ofrecer algo de beber a su victimario, eso indica la ubicación de su cuerpo que fue hallado en la cocina. El disparo fue de cerca, tal y como lo confirmó el CTI, y sólo fue uno. No hubo forcejeo y ningún daño o robo se presentó en su vivienda que, según investigadores judiciales, sólo señala dos caminos: Uriel estaba muy confiado del sujeto o conocía el asesino.

La hija lo encontró. Abrió la puerta de su casa y al hacerlo vio a su padre en el suelo, boca arriba y aún con signos de vida. Según ella, él le extendió una mano, y en ese momento murió. La esposa y otro hijo fueron las otras dos personas que lo vieron. El casco del proyectil aún estaba a sus pies; el arma que se usó fue con silenciador.

[scribd id=291029144 key=key-TN0Az8anQnma7rC7UOag mode=scroll]

De acuerdo a la versión de varios testigos, esa tarde, luego del asesinato, delante de todos los presentes –amigos, curiosos y policías-, familiares presos de ira, tristeza y desconsuelo, señalaron  al policía que días antes había ido a su casa para pedirle los datos, y entre lágrimas le cuestionaron dónde estaba el otro uniformado, el que ese día se había quitado el chaleco y pretendía esconderse. Empujados por el dolor, lo responsabilizaron de los hechos, pero el agente, quien, al parecer, se sobresaltó y se puso nervioso, por lo que los familiares optaron  por retirarse del lugar.

“En este barrio todo el mundo apreciaba a Uriel por su carisma. Nosotros no dudamos que fue la policía. Uriel fue reiterativo con su miedo a la Policía. Qué pena decirlo, pero uno escucha a los pelados del barrio cómo entre ellos mismos se burlan de su puntería. Ellos comentan que es muy mala y que por eso sus muertos siempre resultan muy abaleados, por los nervios. A Uriel lo mataron de un solo tiro y fue un disparo de experto. Estamos cansados del abuso de autoridad y deseamos que este suceso se haga público, que la muerte de Uriel no quede impune o por lo menos se esclarezcan los hechos”, afirmó un miembro de esta comunidad, cansada de denunciar la violencia que padece, y la desconfianza y miedo que le tiene a la fuerza pública que asignaron al sector. Según habitantes de San Pedro, algunos policías, supuestamente, son miembros o trabajan para la estructura armada que gobierna en la parte alta de La Loma. Allá donde Uriel fue llevado por un uniformado.

Temas relacionados

Asesinan una mujer en la Loma San Cristóbal. ¿La Policía es incapaz de proteger la zona?

La Loma, un sector estratégico para rentas criminales

“Un año después, sigue la interminable pesadilla de los desplazados del sector San Gabriel, de la Loma San Cristóbal”

La Loma San Cristóbal era una sola, la guerra la dividió y la destruyo.

 

COMPARTIR NOTICIA:

Síguenos en redes

145,000FansMe gusta
3,100SeguidoresSeguir
20,100SeguidoresSeguir
21,388SeguidoresSeguir
21,600SuscriptoresSuscribirte

Muro de Facebook

Popular

Más Noticias

Desactivados dos explosivos en Tarazá, Antioquia, en operativo militar

TARAZÁ, ANTIOQUIA, COLOMBIA (23 ABR 2024) - En una...

Capturan en Colombia a fugitivo por supuestamente asesinar a un Carabinero en Chile

POPAYÁN, COLOMBIA (23 ABR 2024) - En un operativo...

Desmantelan banda ‘Los de Jota’ implicada en homicidios y extorsiones en Norte de Santander

CÚCUTA, NORTE DE SANTANDER, COLOMBIA (23 ABR 2024) -...