A pesar de que en 2015 la Corte Suprema de Justicia de la Nación de México emitiera la resolución sobre la igualdad ciudadana, en la que daba vía libre al matrimonio entre parejas del mismo sexo, en el país azteca no hay ni un solo político declarado públicamente homosexual. Esto no solo demuestra que en México todavía hay muchos pesos que recaen sobre esta población, sino que no se cuenta con referentes LGBT en los altos funcionarios del gobierno; hecho preocupante, ya que en muchos países europeos y latinoamericanos las luchas de dicha población son impulsadas a través de referentes en el Estado.
Las razones por las que México no cuenta con un solo gobernador o secretario de Estado que asuma públicamente que es gay tienen que ver con la fuerte influencia de las iglesias, católicas y evangélicas, en la cultura ciudadana. Tal y como ocurre en Colombia, las iglesias mexicanas consideran la homosexualidad un asunto antinatural, argumento que sustentan en que las parejas heterosexuales son las únicas que pueden procrear.
Podría ser que en el país azteca los políticos no se atrevan a declarar públicamente una identidad sexual diferente a la binaria. La pérdida deliberada de votos y una caída en su popularidad serían los factores que inciden en que no haya un solo político gay en México. Por otro lado, el estigma y la persecución a las comunidades LGBT también podrían ser la explicación del porqué se está excluyendo a esta comunidad de los altos cargos del Estado.
Fuente: http://www.proceso.com.mx/488104/politicos-homosexuales
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