Colombia, 22 enero de 2022.- Mucho se habla de la situación de los defensores de derechos humanos en Colombia, pero no se realizan acciones contundentes que protejan la vida y la integridad de las personas que ejercen esta labor tan importante en el país. Este exterminio que se vive actualmente nos recuerda al de la Unión Patriótica, el cual se dio en muchos de los casos en acciones coordinadas entre grupos paramilitares y agentes del Estado.
El principal factor de riesgo es la presencia de grupos paramafiosos, las disidencias de Farc y los negocios con los cárteles trasnacionales de la droga. Cada uno de estos se reconfigura en los territorios del país y gracias a ello no cesa la violencia.
La paz está lejos de ser una realidad. La firma del Acuerdo en 2016 con la extinta guerrilla de las FARC dio paso a un periodo de esperanza en el país latinoamericano. Sin embargo, la creación de disidencias de la guerrilla, en desacuerdo con el proceso, y el incumplimiento del acuerdo por parte del Gobierno, que ha provocado el fortalecimiento de otros grupos armados ilegales, han desvanecido las esperanzas del país de dejar atrás la violencia.
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El análisis que se realiza evidencia que el gobierno de Santos y de Duque tienen una cosa en común, no haber implementado los acuerdos. Nunca buscaron firmeza para cumplir con lo pactado: desmantelar o negociar con los grupos que siguen violentando en los campos y ciudades, y exterminar ese elemento de violencia.
Iván Duque fue coherente con su partido para “hacer trizas la paz”, su estrategia fue justamente no hacer nada por ella, dejar que la violencia se incrementara, avanzaran los grupos paramafiosos y regocijarse de pequeños golpes que no solucionan el problema del país.
El reciente informe de la Misión de Naciones Unidas destaca lo que desde hace años Corpades y Análisis Urbano han denunciado: asesinatos a excombatientes, a líderes sociales, desplazamientos forzados, confinamientos de comunidades indígenas y más actos que violan los derechos humanos…
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El liderazgo social es una de las labores que más riesgo genera en Colombia. En los últimos 5 años han sido asesinados 1280 líderes y lideresas, más de 300 firmantes del acuerdo de paz y se han cometido más de 190 masacres. Cabe establecer también que desde enero de 2020 a la fecha los índices de violencia aumentaron.
La cruda realidad
En la época de Duque los paramafiosos han asesinado más 880 defensores de derechos humanos. En el 2022 al parecer tampoco cambiará el panorama. A solo 22 días del año 2022 ya se han cometido 10 masacres, 9 homicidios a defensores de derechos humanos, hay crisis en Arauca, Chocó y Buenaventura.
Oscar Yesid Zapata, defensor de derechos humanos de Antioquia, afirma que: “Para nadie es un secreto que después de la firma del Acuerdo de Paz, se vienen incrementando formas de violencia sociopolítica contra las y los defensores de derechos humanos. Se siguen incrementando los desplazamientos, los homicidios selectivos, las desapariciones forzadas, las masacres y otros formas de violencia que demuestran la falta de cumplimiento del Gobierno Nacional con las garantías de no repetición, seguridad”.
Colombia vive un conflicto armado desde hace más de 50 años. Un conflicto que no para, de hecho, cada vez aumentan más los grupos armados al margen de la ley en los territorios. Entre los más amenazados en el país por todos estos grupos (que incluyen guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes) son los líderes sociales.
“Hemos notado un papel de omisión constante, permanente, sistemático del gobierno de Iván Duque, su falta de compromiso con los defensores de derechos humanos, su falta de voluntad política. No hemos visto una Fiscalía fuerte que esté buscando, no solo la lucha contra la impunidad, sino tratar de esclarecer los responsables directos y materiales de las violaciones, agresiones y homicidios a defensores y defensoras de derechos humanos”, indica Zapata.
Líderes y lideresas asesinados en lo que va del 2022
