Riad, 6 de julio.- Los musulmanes que puedan participar en la gran peregrinación o «hach» a La Meca no podrán tocar o besar la Kaaba ni la «piedra negra», los lugares sagrados más importantes del Islam ubicados en la Gran Mezquita, informaron las autoridades saudíes.
Además de abstenerse de tocar o besar la Kaaba, una construcción en forma de cubo en la que está incrustada la «piedra negra», que los musulmanes consideran un pedazo desgajado del paraíso, los peregrinos se encontrarán con vallas y barreras de seguridad, según informó la agencia SPA.
Con estas medidas el Centro de Control y Prevención de Enfermedades saudí intentará que la gente no se acerque al lugar y que mantengan una distancia de seguridad de al menos un metro y medio mientras den las vueltas al cubo.
Además habrá puntos de control en todas las entradas de La Meca, incluyendo la parada de autobús y el patio de la mezquita, para tomar la temperatura de todos los fieles, que además están obligados a portar mascarilla durante el rito.
Los «casos sospechosos» de COVID-19 deberán pasar una evaluación médica antes de poder realizar la peregrinación aunque se les permitirá hacerlo en grupos especiales.
Las autoridades también permitirán los rezos en grupo, bajo estrictas medidas preventivas, pero retirarán todas las alfombras de la Gran Mezquita de La Meca para que cada fiel utilice la suya.
El Gobierno de Arabia Saudí anunció el pasado 22 de junio que este año sólo podrán realizar la peregrinación a La Meca los un número limitado de residentes en el reino para que «el ritual sea seguro» y «cumpla con las medidas preventivas», por lo que los extranjeros no podrán viajar a tierra santa musulmana.
El Gobierno estima en «miles» el número de peregrinos que acudirán a La Meca para el «hach» este mes de julio, frente a los casi 2,5 millones que lo hicieron el año pasado.
EFE