El presidente de Argentina, Mauricio Macri, asumió su puesto bajo tres promesas principales: «pobreza cero», «unir a los argentinos» y “derrotar al narcotráfico”, pero las cifras muestran el fracaso de estas propuestas.
Este año, en la final de su mandato, Macri convirtió la lucha antinarco en una política de Estado.
El macrismo presume récords de decomisos y detenciones en su gobierno, pero el negocio del narcotráfico se mantiene vigente, la pobreza creció y la polarización política, motivo de división en la sociedad argentina, creció.
El gobierno argentino ha incautado 160,5, 174,9 y 194,7 toneladas de marihuana en 2016, 2017 y 2019, respectivamente. Cifras menores respecto a anteriores gobiernos; como en 2015 con el decomiso de 206,7 toneladas.
Respecto a la cocaína, los decomisos de ésta bajaron en 2018 a 8,5 toneladas, luego de pasar de 8,4 a 15,7 toneladas entre los años 2016 y 2017.
Para el 2017, el consumo de drogas ilícitas en niños y adolescentes subió un 146%, considerándose entonces un problema de salud, no de seguridad. Sumado a esto, la accesibilidad se mantiene al registrarse la facilidad de conseguir drogas ilegales en menos de 24 horas.