Moscú, 11 enero- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, constató hoy el cumplimiento del acuerdo que puso fin en noviembre pasado a la guerra de 44 días en Nagorno Karabaj, al recibir en el Kremlin al presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, y al primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián.
«Hoy se puede constatar con satisfacción que los acuerdos tripartitos se cumplen de manera consecuente», dijo el mandatario ruso al comienzo de la reunión.
Se trata del tercer encuentro entre Alíev y Pashinián, que en el pasado se habían reunido en dos ocasiones (en 2019 y 2020), y el primero tras la cruenta guerra en Nagorno Karabaj del otoño pasado.
Putin saludó con un abrazo a los líderes azerbaiyano y armenio, los que, a su vez, si bien se saludaron con un gesto de cabeza, no se dieron la mano, como pudo apreciarse en la imágenes difundidas por la Presidencia rusa.
Los combates en el Karabaj, enclave montañoso en disputa entre armenios y azerbaiyanos desde 1988, estallaron el 27 de septiembre de 2020 y se cobraron durante 44 días de combates la vida de miles de personas entre civiles y militares.
El presidente ruso expresó su convencimiento de que el cumplimiento del acuerdo que el 10 de noviembre puso fin a la guerra en Nagorno Karabaj crea «las condiciones necesarias para el arreglo justo del antiguo conflicto que sirva a los intereses de los pueblos azerbaiyano y armenio».
«Actualmente la situación en la región es de calma», agregó.
Putin anunció que un grupo de trabajo dirigido por viceprimeros ministros de los tres países se ocupará de los asuntos relativos al desbloqueo de los vínculos económicos y comerciales, así como de la vía de transporte en Nagorno Karabaj.
Según el acuerdo tripartito rubricado por Pashinián, Alíev y el presidente ruso, Armenia perdió el control sobre los siete distritos azerbaiyanos adyacentes a Nagorno Karabaj mantenía ocupados ocupó y también sobre Shushi, que se encuentra a solo 11 kilómetros de Stepanakert, la capital del enclave.
Pashinián ha reconocido que el acuerdo firmado entre Azerbaiyán y Armenia con la mediación de Rusia es desventajoso para su país, pero se trató de una decisión inevitable pues se corría el riesgo de perder el enclave de Nagorno Karabaj.
«Al firmar este vergonzoso documento (…) yo comprendí que la probabilidad de mi muerte (tanto política como física) es muy alta, pero las vidas de 25.000 soldados eran más importantes», afirmó tras el fin de la guerra.
