El 29 de noviembre de 1982 apareció en el barrio Bonanza de Bogotá el cadáver de Gloria Lara envuelta en una bandera con las siglas ORP. La entonces directora Nacional de Acción Comunal y asuntos indígenas había sido secuestrada cinco meses atrás. La cúpula militar arrebató la investigación a la justicia penal ordinaria y, solo un mes después de hallado el cuerpo, declaró culpables a una veintena de militantes de izquierda sin que el juez hubiera encontrado méritos para llamarlos a juicio previo y sin haber hallado pruebas que los sindicasen. Detenciones arbitrarias, tortura, clandestinidad, desapariciones; todos ellos vivieron un calvario que condujo a algunos al exilio. El asesinato de Gloria Lara: una historia de un falso positivo judicial | Las2orillas: http://www.las2orillas.co/el-asesinato-de-gloria-lara-una-historia-de-falso-positivo-judicial/#.UtX9Hnmnj-0.twitter