¿Quién era el ganadero asesinado a tiros en Caucasia? 

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Antioquia, Colombia, 23 julio de 2023.- Por allá en el año 2001 llegó a Caucasia un señor de nombre Jairo Cuartas Torres, que para esa época tendría unos treinta años. Dicen que lo envió un tal Rafa Putumayo, alias de Rafael Antonio Londoño Jaramillo, un exjefe paramilitar que tuvo a su mando estructuras armadas en Putumayo, Valle del Cauca, Caquetá y Chocó. Este último, al parecer, era socio de Carlos Castaño. Cuartas Torres en la vereda Bella Palmira, del corregimiento Cacerí -una región estratégica para los ilegales que movilizan por allí armas, coca y hombres-, habría participado en el despojo de tierras a docenas de campesinos. Es tan importante esa zona que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, y los Caparros o Los de Abajo o Los del Bajo se enfrentan constantemente allí, causando permanente zozobra en los lugareños, en su mayoría labriegos.

Las víctimas del despojo han reclamado ante la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas, pero los victimarios se quieren quedar con esas tierras a como dé lugar, para lo cual se valen de figuras jurídicas, recursos legales, funcionarios “amigos”, documentos falsos, dinero, amenazas y homicidios. Se apropian de terrenos que luego engloban en una gran hacienda o se toman una gran franja de tierra que luego venden por lotes. Jueces, magistrados y fiscales están involucrados, algunos porque emitieron fallos de buena fe y otros porque recibieron dádivas de esas que no se pueden rechazar. Para que esto no siga ocurriendo, el proceso de restitución se está realizando con mayor meticulosidad, lo que no está mal, pero retrasa aún más la restitución.

Cuartas Torres es, al parecer, uno de esos opositores que hacen más demorado el proceso. Un victimario que, según los perjudicados, se hace pasar por víctima. Un juez se demora más en fallar cuando hay opositores, el caso pasa a una instancia superior y si la decisión favorece a la víctima, eso no garantiza que habrá restitución, pues al llegar a sus tierras la despojan de nuevo con amenazas de muerte o la matan, pues los expulsores o causantes del despojo siguen muy campantes en la zona. Es así como los despojadores logran su cometido, pues, como en este caso, en Caucasia los paramilitares siguen en los territorios donde arrebataron la tierra y la propiedad sigue concentrándose en pocas personas. Las víctimas ni se atreven a reclamar para no tener que enfrentar al ganadero Jairo Cuartas Torres, quien asegura ser el propietario legal de muchos predios en Bella Palmira.

Cuartas Torres, según despojados y desplazados, no se opone a devolver las tierras, pero les reclama las mejoras y las millonarias inversiones que ha hecho en los predios, de “buena fe”, como condición para restituirlas, por tal razón, contra el ganadero hay varios procesos pendientes, iniciados por el Fondo de Reparación de la Unidad de Atención y Reparación a las Víctimas. Como respuesta, el Fondo de Reparación le está reclamando, ante un juez civil de Caucasia, el pago de los arriendos y el usufructo que ha obtenido por la ocupación ilegal de los predios.

El ganadero es de amores y de odios. Dicen que es uno de los mayores empleadores de la zona, pues ocupa a muchas personas en los predios que dedica a la ganadería. También aseguran que ayuda a familias necesitadas, ancianos y niños. Sus víctimas no opinan lo mismo. Le tienen miedo. De hecho, prefieren no regresar a sus tierras mientras este permanezca cerca, mientras en la zona prevalezca la presencia de grupos paramilitares. Mejor optarán por las alternativas que les ofrece el artículo 72 de la Ley 1448 de 2011: compensación monetaria o restitución por equivalencia. Para ellos eso es mejor que arriesgar la vida.

El pasado jueves 13 de julio, en la troncal a la Costa Atlántica, en el tramo que conduce de Caucasia a Zaragoza, en el Bajo Cauca antioqueño, fue asesinado a balazos el ganadero Jairo Cuartas Torres. Sicarios, que al parecer hacen parte de los Caparros o Los del Bajo, le dispararon en al menos cuatro ocasiones.

Las autoridades intentan establecer si se trató de un hecho ligado al cobro de extorsión, a un hurto o a un ajuste de cuentas. También, si el ahora occiso es el mismo ganadero de Bella Palmira. Por el momento, no se tiene certeza de quién era el ganadero asesinado a tiros en la troncal a la Costa Atlántica.

En Caucasia han sido asesinadas 18 personas en 2023, entre ellas, una joven de 17 años. Abril y junio han sido los meses más violentos del año, hasta ahora, con 5 casos cada uno. En catorce oportunidades se utilizó un arma de fuego para causar la muerte.

A.U.

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