Redacción Análisis Urbano
El centro de Medellín es testigo mudo de la nueva confrontación armada que se presenta por la disputa de las plazas de droga, la vacuna, el pagadiario y el control territorial, entre otros. El enfrentamiento entre las Convivir no es solo entre estas, también se han involucrado subjefes poderosos que con su participación directa han demostrado que las 35 agrupaciones delincuenciales que operan en el centro no son ruedas sueltas del poder criminal de la Oficina del Valle de Aburrá.
En medio de la guerra desatada en el centro, el 6 de junio de 2016, a las 3: 00 p. m., en el barrio El Chagualo de la comuna 10, fue asesinado Ramón Eduardo Acevedo Rojas, defensor de derechos humanos. El sicario que acabó con su vida al parecer fue capturado, pero, de ser cierto, se estaría aprehendiendo solo a uno de los autores materiales del hecho, pues su muerte fue ordenada por alguien que tiene gran poder para dictaminar este tipo de actos a sabiendas del riesgo que se corre al hacerlo.
¿Quién ordenó la muerte del defensor de derechos humanos?
Para entender y aclarar quiénes estarían detrás del asesinato de Ramón Eduardo, es necesario conocer que la guerra de las Convivir deja una nueva cartografía criminal. En un próximo artículo mostraremos su nuevo organigrama, quiénes dominan hoy el centro y, si la guerra se mantiene o no, cuales serían las zonas en disputa actualmente.
Por lo pronto dejamos en claro que La Playa con la Oriental, La Veracruz, El Parque del Periodista hasta el teatro Pablo Tobón Uribe, calle Colombia hasta Tenerife, San Benito, una parte del viaducto del Metro por la carrera Bolívar y El Chagualo son zonas que estarían bajo control del crimen organizado que gobierna parte de las comunas 8 y 9, o sea, alias Chamizo.
Informaciones recibidas por Análisis Urbano dan cuenta de que el asesinato de Ramón Eduardo Acevedo Rojas fue ordenado por alias Rosario, el Flaco Terapia y Martín el Calvo. El motivo serían las denuncias del defensor sobre la venta de terrenos de forma ilegal en Barrios de Jesús por parte de la gente de Chamizo, además de la injerencia de esta organización criminal en la comuna 10, con la vacuna, el pagadiario, al explotación sexual de niños, niñas y adolescentes, entre otras actividades. Hay serios indicios que apuntan a que miembros de la institucionalidad dieron aviso a los criminales de lo que estaba haciendo Ramón Eduardo.
Sería importante conocer la posición de Diego Chamizo frente a este homicidio que podría empantanar los diálogos urbanos que se están gestando en la ciudad metropolitana donde al parecer él es un protagonista de primer orden. Bueno sería aclarar quién le ordenó a Rosario, el Flaco Terapia y Martín el Calvo, organizar el asesinato del defensor. Además, ¿la orden se ejecutó sin consultar a Diego Chamizo? ¿Estaría dispuesto Diego Chamizo a aclarar las dudas que se ciernen sobre este vil asesinato?
Análisis Urbano considera que sería un gran aporte a la paz urbana que el asesinato del defensor de Derechos se aclarará y que quienes tengan participación directa e indirecta en esto no se les permita participar en una mesa de diálogos urbanos que lleven al sometimiento a la justicia con dignidad y sin impunidad.
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Apunte Urbano
Invitamos a Diego Chamizo, conocido también como La Garza o El Chamo, a responder por lo acaecido en el barrio El Chagualo. Si sus hombres ejecutaron el asesinato sin su consentimiento sabe que ellos deberán responder por lo ocurrido. Diego Chamizo no debe olvidar que tiene la oportunidad de oro para dar el paso a la civilidad y arrastrar con esa decisión a cientos de jóvenes que están bajo su mando en algunas zonas de Medellín, lo claro es que alguien se equivocó al dar la orden, no saben el garrafal error que cometieron. Por el bien de la ciudad y la paz urbana se espera que Diego Chamizo no haya sido el determinador de la muerte del defensor de derechos humanos.
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