Johannesburgo, 19 de diciembre de 2022.- El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, fue reelegido como líder del Congreso Nacional Africano (CNA), que gobierna desde 1994, pese a un escándalo de presunta corrupción que en las últimas semanas amenazó su futuro político, anunció hoy el partido.
En una votación celebrada este domingo, el presidente, de 70 años, se impuso por 2.476 votos en la carrera por el liderazgo al exministro de Sanidad Zweli Mkhize, que obtuvo 1.897 votos en la 55 Conferencia Nacional del CNA, que se celebra desde el pasado viernes hasta mañana en el Centro de Exposiciones de Nasrec en Johannesburgo.
Ramaphosa fue reelegido para un mandato de cinco años en una votación en la que participaron más de 4.000 delegados del partido, sumido en una crisis de popularidad que podría costarle en un futuro próximo su mayoría absoluta en el Parlamento.
Su único rival, Mkhize, de 66 años, fue ministro de Sanidad hasta que dimitió en agosto de 2021 después de que Ramaphosa le suspendiera por acusaciones de que su departamento otorgó contratos irregulares relacionados con la covid-19 a familiares y allegados.
El líder de la formación, fundada en 1912, es habitualmente el candidato presidencial en este país, que tiene previsto celebrar elecciones generales en 2024, por lo que, salvo imprevisto, Ramaphosa encabezará el cartel electoral del CNA en esos comicios.
El mandatario hizo este viernes un llamamiento a la unidad de su partido, mientras cantos y gritos de sus detractores interrumpían su discurso de apertura de la Conferencia Nacional, marcada por la división entre sus seguidores y los partidarios del expresidente Jacob Zuma y los retrasos por problemas logísticos.
«La desunión del CNA no surge de diferencias ideológicas, políticas o estratégicas, sino de una disputa por cargos en el Estado y los recursos relacionados con ellos», subrayó el jefe del Estado.
Ramaphosa reivindicó los ideales de libertad que dieron origen al CNA, pero reconoció que aún queda un largo camino para lograr la «igualdad» de todos los sudafricanos, que aún sufren «altos niveles de pobreza y desempleo».
Asimismo, el presidente atribuyó la grave crisis eléctrica que atraviesa el país, con apagones rotativos, a la mala gestión y la corrupción en la endeudada compañía estatal Eskom.
«Una parte importante del trabajo para revertir los efectos de la ‘Captura del Estado’ es la recuperación de fondos que se pagaron ilegal o indebidamente a una serie de empresas», aseveró.
La «Captura del Estado» es una gran investigación sobre la corrupción que afectó al aparato público sudafricano durante el mandato de su antecesor, Zuma, de 80 años, a cuya facción en el CNA está vinculado Mkhize.
Ramaphosa llegó al congreso después de que la Asamblea Nacional (Cámara baja del Parlamento) rechazara este martes un informe que le acusaba de la posible violación de leyes anticorrupción en el escándalo del robo millonario en su granja de Phala Phala (norte) y que podía haber desencadenado un proceso para su destitución.
El informe amenazaba su futuro político como jefe del Estado, cuestionado por algunos diputados rebeldes del CNA y la oposición, que presionaron para forzar una dimisión que pareció inminente el pasado 1 de diciembre, un día después de la publicación del informe.
El pasado día 5, Ramaphosa impugnó ante el Tribunal Constitucional, máxima instancia judicial de Sudáfrica, el informe de un panel independiente designado por el Parlamento que asegura que pudo violar varias leyes anticorrupción en el citado escándalo.
El panel debía analizar la moción interpuesta contra el presidente por el partido opositor Movimiento Africano de Transformación (ATM, en inglés) en junio de este año.
El ATM acusaba a Ramaphosa, entre otros cargos, de incumplir la Constitución, que prohíbe a los miembros del Gobierno ejercer otras labores profesionales remuneradas, después de que el presidente admitiera que se dedica a la venta de animales de presa, al asegurar que el dinero robado provenía de ese negocio (donde es habitual el pago en efectivo) y no de una operación de lavado de dinero.
El caso estalló en junio, cuando el exjefe de la agencia de espionaje del país, Arthur Fraser, demandó al mandatario, al que acusa de ocultar a la Policía y la Hacienda sudafricanas un robo de casi 4 millones de euros ocultos en Phala Phala el 9 de febrero de 2020.
La Presidencia ya negó en junio las acusaciones de Fraser y confirmó que se produjo un robo ese día, cuando Ramaphosa asistía a una cumbre de la Unión Africana en Adís Abeba.
El mandatario alegó en su respuesta a preguntas del panel que la suma sustraída fue menor, de 580.000 dólares (unos 550.000 euros).
Exlíder sindical y uno de los sudafricanos negros más ricos, Ramaphosa sucedió a Zuma en la Presidencia en 2018, comprometiéndose a atajar la corrupción y el malestar económico desatados durante los nueve años de gobierno de su predecesor.
EFE