Ratifican que Adriana Torres sí es una religiosa y cuestionan falta de ética de periodistas

FECHA:

La Comisión Católica No-Romana del Cabildo Interreligioso de Colombia confirmó que la hermana Adriana Patricia Torres Echavarría sí es una religiosa y cuestionó el trabajo de los periodistas que no investigaron con rigor acerca de su condición como mujer católica (aunque no apostólica y romana) y por el contrario replicaron una información “malintencionada” y “satanizada”.

“Algunos periodistas, en aras de avivar el sensacionalismo con el objeto de aumentar el índice de audiencia (rating), replicaron de manera irresponsable y con total falta de ética profesional, una falsa noticia al acusar a la religiosa objeto de la presente investigación, de ser una “falsa monja”, dice un comunicado expedido por la Comisión.

Añade el escrito que “los periodistas que asumieron la investigación sobre el caso de la hermana Adriana Patricia Torres Echavarría, demostraron su total carencia de dominio de los temas del Hecho Religioso en Colombia, al ignorar la amplia diversidad de la Catolicidad y al consultar exclusivamente a una sola fuente: la Iglesia Católica Apostólica Romana – ICAR; fuente que, por cierto, y a pesar de lo denunciado por la Asamblea General del Cabildo Interreligioso de Colombia y en las Misivas Cautelares, se sigue negando a reconocer y a respetar la existencia, la autonomía y todos los derechos derivados de las libertades constitucionales de religión, de culto y de conciencia de las Iglesias Católicas No-Romanas y su legitimidad canónica y apostólica en igualdad de condiciones y de dignidad a ella”.

El incidente de la hermana Adriana Torres, dice la Comisión en su enunciado, es un llamado de atención para que “los obispos, presbíteros, diáconos y religiosos de Vida Consagrada de las Iglesias Católicas No-Romanas tomen las medidas pastorales y disciplinarias necesarias con el objeto de evitar que esta clase de situaciones se vuelvan a repetir. Tenemos la obligación de dar al Pueblo Colombiano, un buen ejemplo de ciudadanía y de profesión pública de la fe”.

Añade el comunicado que “no podemos desconocer que contra la hermana Adriana Torres se cometieron graves delitos violatorios de los Derechos Humanos. Por una parte, se le violó a la religiosa el derecho a la honra y al buen nombre (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Art. 12; Convención Americana sobre Derechos Humanos, Art. 11; Constitución Política Nacional de la República de Colombia, Art. 15 y 21). Por otro lado, se incurrió contra la religiosa en los delitos de calumnia e injuria (Código Penal Colombiano, Art. 220 y 221)”.

Asimismo, la situación se agrava, según la comisión, porque “teniendo en cuenta los elementos probatorios presentados ante la Comisión, estos delitos se agravan por haber sido cometidos contra una líder social y defensora de Derechos Humanos en situación de riesgo con ocasión del Conflicto Armado Colombiano y protegida por el Estado (Corte Constitucional, Sentencias T-102 de 1993 y T-981 de 2001; Acuerdo Final para la Terminación Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, numeral 2.1.2.2, literal C; Decreto 2252 de 2017)”.

La Comisión deja claro que la hermana Adriana Torres tiene el derecho de dirigirse directamente o a través de sus representantes legales, a una autoridad judicial e interponer las denuncias penales que correspondan para que la Rama Judicial del Estado Colombiano garantice la reivindicación plena de sus derechos constitucionales violentados.

Como se recordará, la hermana Adriana Torres, con megáfono en mano, estuvo en las afueras de la Corte Suprema de Justicia lanzando arengas en favor del senador Álvaro Uribe el pasado 8 de octubre. “Respeten al senador del Centro Democrático, a quien Dios está respaldando. Él no es ningún paraco. Resentidos, están todos resentidos porque se les metió un campesino a la Presidencia”, fueron algunas de las frases que dijo a través del altavoz.

Su actitud y vehemencia puso a todo el país a indagar por ella. Al ser consultada, dijo llamarse Adriana Torres, de la Congregación Misionera Carmelita, y aseguró que su trabajo misional lo desarrolla en el barrio Santo Domingo, zona nororiental de Medellín.

La hermana Martha Escobar, carmelita misionera, negó conocer a la monja Adriana. Igualmente, la Conferencia de Religiosos de Colombia y la congregación de Carmelitas Misioneras emitieron un comunicado en el que aseguran que las Carmelitas y demás religiosos de su comunidad participan de la vida política del país, ejerciendo sus derechos y deberes ciudadanos, pero evitando partidismos.

A continuación publicamos el comunicado completo de la Comisión Católica No-Romana del Cabildo Interreligioso de Colombia.

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