Washington, 9 julio.- La estatua del general confederado Robert E. Lee será desmontada en Charlottesville (Virginia, EE.UU.), donde hace cuatro años inspiró una marcha de supremacistas blancos que concluyó con choques en los que murió una persona, anunciaron este viernes las autoridades locales.
Esa localidad del estado de Virginia, de unos 47.000 habitantes, fue escenario de enfrentamientos después de una manifestación convocada por supremacistas blancos entre el 11 y 12 de agosto de 2017, durante los cuales una mujer blanca murió arrollada por un neonazi.
En un comunicado, las autoridades de la ciudad anunciaron el comienzo de los trabajos para la remoción de la estatua de Lee y la del también general confederado Thomas J. “Stonewall” Jackson -que tendrá lugar este sábado-, en cumplimiento de una disposición de la Alcaldía local.
Las esculturas se guardarán «en un lugar seguro» en una propiedad de la ciudad, a la espera de una decisión de la Alcaldía sobre su destino final, puntualizó la nota, que descartó que las estatuas vayan a ser destruidas o vendidas.
La medida se anunció después de que en septiembre pasado fuera retirada la estatua de un soldado confederado que llevaba más de 100 años frente a los juzgados del condado de Albemarle, en la zona histórica de Charlottesville.
Hace cuatro años, grupos neonazis, supremacistas blancos y de la llamada derecha alternativa (Alt-Right) rechazaron el desmantelamiento de las estatuas confederadas, consideradas símbolos del pasado esclavista del estado.
El bando confederado, que perdió la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865), estuvo formado por estados secesionistas y favorables a la esclavitud, y muchos afroamericanos consideran ofensivos aquellos emblemas suyos que aún permanecen en el país.
En junio de 2020, el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, firmó un decreto que ordenaba perseguir «en la mayor medida posible» cualquier acto de vandalismo contra propiedades federales.
El decreto se adoptó en respuesta a la ola de protestas contra el racismo que sacudió a EE.UU. por la muerte, en mayo del año pasado, del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía blanco, y que derivó en el derribo de numerosas estatuas.
En mayo pasado, el actual presidente de EE.UU. Joe Biden, revocó una serie de decretos de su antecesor, entre ellos el referido a la destrucción de estatuas confederadas.