Hubo revuelo en el país político por la revelación de las transcripciones de las interceptaciones judiciales al asesinado ganadero José Guillermo ‘Ñeñe’ Hernández en las que habla con otra persona sobre la supuesta entrada de plata por debajo de la mesa para financiar la candidatura de Iván Duque en la segunda vuelta en La Guajira en 2018, la segunda acusación de fraude electoral contra el Presidente en menos de un mes, tras las declaraciones de la prófuga Aída Merlano.
‘Ñeñe’ estaba en la mira de las autoridades por presuntamente ser testaferro del detenido narcotraficante Marquitos Figueroa. De hecho, a mediados del año pasado, la Fiscalía ordenó extinción de dominio para los bienes del asesinado ganadero en Valledupar y La Guajira.
Las grabaciones del escándalo
El miércoles en la mañana, el periodista del portal La Nueva Prensa Gonzalo Guillén publicó una nota con fragmentos de transcripciones de unas interceptaciones que la Dijín realizó legalmente en 2018 en la investigación por el asesinato del hijo del dueño de una sastrería llamado Óscar Rodríguez en Barranquilla en 2011.
En ellas, José Guillermo ‘Ñeñe’ Hernández habla con una mujer (identificada por el informe de la Dijín a la Fiscalía como ‘mujer desconocida’) sobre la segunda vuelta presidencial.
La totalidad de la grabación no es pública. La W reveló otro aparte de ese documento en el que ‘Ñeñe’ habla de un robo que sufrió su novia (la exreina de belleza María Mónica Urbina) y de caletas que tendría en propiedades de los Ochoa.
Según el reporte del fragmento que publicó Guillén, la mujer sin identificar dice “me mandó Uribe e Iván para Manaure, Uribia, Riohacha y Maicao. Tenemos que ganar en La Guajira”.
El documento, que según la nota de Guillén es un reporte de la Dijín a la Fiscalía, indica que según el análisis de esa comunicación la mujer y el ‘Ñeñe’ “están coordinando la compra de votos para Duque en La Guajira y un municipio de Cesar”.
En otra transcripción que cita la nota, Ñeñe habla con una mujer identificada como Priscilla, quien según el periodista Julián Martínez es Priscilla Cabrales, política de Córdoba, en la que el Ñeñe le habría hablado de un presunto robo de plata a la campaña de Germán Vargas Lleras para usarla en la compra de votos y logística de carros para votantes de Duque.
El senador Álvaro Uribe, desde Yopal, dijo ayer que no conocía a Ñeñe, que “amigos en Valledupar” se lo referenciaron como un “ganadero y después de su muerte fue que lo señalaron de narcotraficante” y negó la acusación de compra de votos.
El Presidente Duque no se ha referido al caso, mientras que la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez dijo que en campaña no incurrieron “en prácticas sucias que atenten contra la limpieza electoral” y el gerente de campaña de Duque, Luigi Echeverri, no contestó nuestras llamadas, pero publicó las cuentas de su campaña, donde indica que en segunda vuelta no recibieron donaciones.
La Fiscalía el miércoles anunció una compulsa de copias para adelantar investigaciones. Vía la oficina de prensa de la entidad, nos dijeron que el fiscal General, Francisco Barbosa (amigo del Presidente) lo haría “a las autoridades correspondientes”, sin decirnos específicamente a cuáles entidades, ni contra quién.
Anoche, la Corte Suprema anunció que repartió al magistrado Misael Rodríguez la denuncia que hizo Guillén contra Uribe por presunta financiación ilegal en campañas y corrupción electoral.
Mientras la justicia esclarece lo sucedido (si es que lo hace), esto es lo que pudimos establecer.
1. Ñeñe y Duque se conocían hace años
El Presidente Duque fue amigo personal del cuestionado Ñeñe Hernández por la relación entre sus padres, el empresario Iván Duque Escobar y el dirigente conservador y ganadero Aristides ‘El Capi’ Hernández, como nos los confirmó José Manuel Aponte Martínez, primo de Beatriz Aponte, la esposa de Aristides y mamá del Ñeñe.
Es una relación que hizo pública Aponte en julio pasado en esta columna en El Pilón, mucho antes de que surgieran estas revelaciones.
“Él (Duque) jugaba e iban a las haciendas de Aristides con el Neñe y Goyo, montaban burros y burras, caballos y mulas, se bañaban en el río y consumían los suculentos sancochos de chivo y gallina que caracterizaban al Capi”, escribió Aponte.
“En esa mansión, siendo niños, nació la amistad entre Duque y el Ñeñe”, nos reconfirmó Aponte, quien nos dijo que la cercanía era con el hoy Presidente y no con Uribe.
(De hecho, Uribe insistió ayer desde Yopal que no conocía al Ñeñe Hernández. Y aunque trinó lamentando su asesinato el 2 de mayo del año pasado en Brasil, el expresidente se defendió diciendo que lo hizo porque sus amigos en Valledupar se lo pidieron).
Esta cercanía entre el Ñeñe y Duque la hizo visible el Ñeñe en sus redes sociales durante la campaña de Duque. Incluso, Ñeñe fue invitado con su pareja María Mónica Urbina a la posesión de Duque en agosto de 2018.
2. El ex presidente Uribe no era amigo del ‘Ñeñe’ pero tenían una amiga en común
La segunda vía de comunicación entre Ñeñe y el uribismo es María Claudia ‘Cayita’ Daza, una internacionalista que hace parte de la UTL del expresidente Uribe.
Según dijo el periodista Julián Martínez a Semana, Cayita es la mujer desconocida que referencian las transcripciones que Guillén publicó. Uribe negó que Daza fuera la persona con la que habló Ñeñe y Daza no respondió nuestros mensajes para dar su versión.
Daza es una política de la clase alta de Valledupar. Conoció a Uribe en 1999, lo apoyó en su primera campaña presidencial, fue su vicecónsul en Miami en 2003, e hizo parte de su lista en el Centro Democrático para 2014.
Es amiga de María Mónica Urbina, la última pareja que tuvo el Ñeñe. Al matrimonio de su hija Victoria el año pasado, como dice esta página de sociales cesarense, asistieron el presidente Duque, Uribe y parte del gabinete ministerial.
3. Duque duplicó la votación de Óscar Iván Zuluaga en La Guajira
El uribismo comenzó a crecer de a poco en La Guajira. El candidato del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga sacó 28.509 votos en primera vuelta y 45 mil votos en la segunda en 2014. Cuatro años después, Iván Duque triplicó esa votación en primera vuelta (76.136 votos), y en segunda sacó 106.328 votos en la segunda en 2018 (Petro sacó 103.271l votos).
De los 15 municipios del departamento, Duque ganó en siete de ellos, incluyendo tres de los cuatro que menciona la transcripción de la grabación: Uribia, Maicao y Manaure (en , Riohacha perdió).
En esos municipios, el Centro Democrático no tiene una estructura política fuerte como lo evidencian sus resultados electorales al Congreso.
En 2014, esos cuatro municipios guajiros le pusieron al partido 5.930 votos y el Centro Democrático no estuvo entre las tres primeras votaciones (las ganó La U).
Para 2018, los cuatro municipios pusieron 6.471 votos con la lista abierta uribista al Senado, lo que tampoco les alcanzó para ganar en ese departamento (ganaron los conservadores).
De hecho, su primera gran victoria regional la logró apenas en diciembre de 2018 con las elecciones atípicas a la Alcaldía de Riohacha, en las que ganó Juan Carlos Suaza, coavalado por la ASI, pero no la retuvieron en las regionales de 2019.
Sobre el crecimiento encontramos dos explicaciones.
La primera, que nos la dio la coordinadora del Centro Democrático en La Guajira, Leonor Mazenet, es que en 2014 los partidos tradicionales estuvieron divididos hasta el final y en el 2018 hicieron coalición por Duque, a quien al final, como en el resto del país, se unieron los conservadores, liberales, Cambio Radical y La U, el partido fuerte allá.
Y la segunda, es que en la segunda vuelta el representante de La U Alfredo Deluque, un superpoderoso electoral en ese departamento que en primera vuelta estuvo con Germán Vargas Lleras se adhirió a la campaña del candidato uribista.
En esos cuatro municipios, Deluque sacó 28.703 votos en las elecciones legislativas, dos meses antes de Duque; el doble de la que sacó Vargas Lleras en primera vuelta (12.341 votos) y casi la mitad de la de Duque en segunda vuelta (65.061 votos), lo que indicaría que el solo apoyo del representante de La U a Duque no explicaría su éxito en esos lugares.
Al final, Duque le sacó a Gustavo Petro en segunda vuelta en la Guajira menos de 3 mil votos de diferencia.
4. El peso electoral del Ñeñe en La Guajira era prácticamente nulo
Aunque esa cercanía entre Duque y el Ñeñe era pública, la influencia política del Ñeñe era cercana a cero.
Dos periodistas guajiros, la coordinadora del Centro Democrático en el departamento y un político no uribista que lleva años trabajando en elecciones en la región coincidieron en decirnos, por aparte, que el Ñeñe no tenía ningún trabajo político en La Guajira; en realidad, era conocido por ser el novio de la exreina Urbina, que es guajira, y que no tenía capacidad electoral.
“Ponerle atención a algo que dijera el Ñeñe hablando con alguien no es más que puras ganas de él de creerse importante. Nada tenía que ver con la política en La Guajira ni en Cesar”, nos dijo el político off the record.
5. La Guajira no hace diferencia en las elecciones presidenciales
Más allá de si el ‘Ñeñe’ compró votos a favor de Duque en esas elecciones, La Guajira no es un departamento decisivo en la carrera por la Presidencia y los incentivos para esa votación son menores que en las locales.
En 2018 en la segunda vuelta, la Guajira puso 215 mil votos, una cifra mucho menor a los departamentos del Atlántico (806 mil votos) o Bolívar (679 mil votos) y pone solo el uno por ciento de la votación nacional, por lo que no es un botín deseado para los caciques electorales.
Es tan poco importante que Duque estuvo solo una vez en Uribia, Riohacha y Maicao, y fue antes de la primera vuelta. Después no volvió y sus aliados locales impulsaron esa campaña.
6. La compra de votos en La Guajira no es una novedad
Como hemos contado en varias historias en terreno en La Silla Vacía, La Guajira es epicentro cada año electoral de trasteo de votos que involucran a indígenas wayúu (por la frontera por Venezuela por Uribia y Maicao) y denuncias de fraude electoral, por lo que en sí mismo, que un presunto narco diga que puso plata para una elección allá no es una novedad.
Incluso el condenado asesino y exgobernador Kiko Gómez era socio de Marquitos Figueroa, también preso.
Pero, como hemos contado, la compra de votos es más fuerte en las elecciones locales y de Congreso, porque hay incentivos inmediatos para los votantes (tejas, comida y empleo vía los políticos).
Por ejemplo, en Uribia, uno de los pueblos mencionados en la conversación, donde Duque sacó 13 mil votos, el alcalde Bonifacio Henríquez avalado por La U, los conservadores y el Mais) fue elegido el año pasado con casi el doble de la votación: 23 mil.
Tomado de La Silla Vacía