Leópolis (Ucrania), 23 de agosto de 2022.- Mientras Rusia evita la movilización masiva dentro del país, aumenta el reclutamiento forzado en las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás, donde miles de hombres son enviados al frente y otros se resisten a ser alistados.
En algunos casos se les lleva directamente desde sus lugares de trabajo o mientras están en la calle y muchos hombres permanecen en sus casas durante meses para evitar ser reclutados a la fuerza.
La agencia militar de inteligencia ucraniana aseguró este lunes que en la autoproclamada República Popular de Lugansk se va a decretar una «movilización masiva».
Más que ser algo nuevo, lo que hará será reflejar la realidad que ya han estado viviendo la mayoría de hombres de entre 18 y 65 años que viven en los territorios ocupados desde al menos el 19 de febrero, explica a Efe Vira Iastrebova, abogada y directora ejecutiva del Grupo de Protección de Derechos Humanos del Este.
«Al menos cien mil hombres han sido movilizados a la fuerza hasta el fin de la primavera y no hay cifras fiables disponibles para el período posterior», afirma Iastrebova.
«Cogen a la gente en sus puestos de trabajo o en la calle y les mandan al frente sin entrenamiento alguno. Rusia les trata como carne de cañón», explica Iastrebova, que piensa que Rusia prioriza la movilización en el Donbás en parte porque es más barato que encontrar soldados en Rusia.
«No están protegidos legalmente ni sus familiares reciben compensación alguna si mueren», agrega la abogada, quien afirma que estudiantes y enfermos son susceptibles de ser movilizados, al igual que profesores o mineros.
Cuenta que poco pueden hacer cuando les capturan y las únicas alternativas son recibir una paliza o ser encarcelados. Las fronteras con Rusia están cerradas en su mayoría desde el comienzo de la pandemia de coronavirus.
Las protestas de esposas y madres de los reclutados a la fuerza han sido en gran medida acalladas por la creación de una organización controlada por las autoridades, denominada Unión de Mujeres del Donbás.
«A los familiares se les dice al menos dónde están sus seres queridos a cambio de que guarden silencio», explica Iastrebova.
Muchos hombres eligen esconderse en lugares seguros y apenas se dejan ver. Efe ha podido seguir varios canales de Telegram en los que miles de ciudadanos intercambian diariamente información sobre patrullas de movilización que ven mientras intentan buscar formas de llegar a su trabajo o hacer la compra.
Las autoridades ucranianas, incluido el ministro de Defensa, Olexiy Reznikov, han pedido que los reclutados a la fuerza en el Donbás o intenten evitarlo o se entreguen a las tropas ucranianas en la primera oportunidad que tengan.
Ucrania ha garantizado que esas personas no serán condenadas por el mero hecho de servir en el ejército enemigo y que serán tratadas como víctimas de crímenes de guerra en aplicación de la Convención de Ginebra.
Muchos de los que fueron enviados al frente se rinden cuando pueden. Iastrebova se muestra preocupada por lo que pueda pasar después.
«La gente que no cometió crímenes y se rindieron inmediatamente deberían contar con inmunidad legal», dice a Efe.
Sin embargo, agrega que sabe de al menos un caso que ha estado siguiendo de cerca en el que la persona reclutada recibió una inusitada dura pena, quince años de prisión, este mes de agosto, tras rendirse al Ejército ucraniano. De otros casos ha informado el Centro Zmina de Derechos Humanos de Ucrania.
«Ponemos a esa gente en un problema. Si se les envía como parte de un intercambio de prisioneros de guerra, no volverán con sus familias. Les mandarán de nuevo a combatir y recibirán incluso sentencias más duras en Ucrania si se vuelven a rendir», explica Iastrebova, que admite que hay algunos soldados que sí quieren luchar contra Ucrania.
Se trata a menudo de gente que piensa que su estatuto social mejora cuando les dan ropa militar y un AK-47.
Sin embargo, dice a Efe que mucha gente querría irse a Ucrania o vivir en un Donbás libre, liberado por Ucrania. Esa gente debería recibir un trato diferente y uniforme en los tribunales.
«Ahora están atrapados. ¿Qué señal envía Ucrania a sus propios ciudadanos en el Donbás ocupado con sentencias así?», se pregunta. Afirma que es muy importante para Ucrania dejar claro que, al contrario que en Rusia o en las autoproclamadas repúblicas autónomas, en Ucrania existe el imperio de la ley.
Según testimonios de soldados ucranianos, las tropas de las repúblicas separatistas suelen estar peor equipadas y menos motivadas que las procedentes de Rusia.
El Centro Ucraniano Anti-desinformación también ha comunicado protestas entre algunos de esos soldados, que fueron enviados a combatir en otras partes de Ucrania pese a habérsele dicho primero que solo lucharían para proteger sus «repúblicas».
EFE