Osaka (Japón), 9 abr – Robots, espectáculos de drones, festivales y música tradicional japonesa se dan cita en la Exposición Universal de Osaka, que abrirá oficialmente sus puertas el próximo día 13, pero que este miércoles ha recibido en primicia a cerca de 5.000 periodistas de todo el mundo.
Myaku-Myaku, la peculiar y colorida mascota del evento, fue la encargada de dar la bienvenida a los primeros visitantes, quienes ya pudieron acceder a medio centenar de pabellones. Algunos países, sin embargo, continúan ultimando los preparativos a pocos días del arranque oficial.
El recorrido comienza con una serie de pabellones dedicados a grandes compañías niponas como Panasonic o NTT, antes de adentrarse en el corazón de la Expo: el Gran Anillo, reconocido como la estructura de madera más grande del mundo.
Con dos kilómetros de longitud, entre 12 y 20 metros de altura y 30 de ancho, esta colosal construcción acoge los distintos pabellones nacionales, un «bosque de la tranquilidad», áreas de descanso y múltiples opciones gastronómicas.
El recinto está dividido en tres grandes zonas temáticas: «salvar vidas», «empoderarlas» y «conectarlas», en línea con el lema principal del evento: «Diseñar la sociedad del futuro para nuestras vidas», según detalló la organización.
158 países y el futuro en exhibición
Un total de 158 países participan en la Expo, junto a siete organizaciones internacionales. Llaman la atención algunas ausencias destacadas, como México, Argentina o Rusia, y la presencia de territorios marcados por el conflicto, como Ucrania, Palestina e Israel.
Algunos países, como España, Colombia, Francia o Estados Unidos, han apostado por pabellones de diseño propio que reflejan su identidad cultural. Otros, como Cuba o Uruguay, comparten espacios, mientras que naciones como Chile y Perú han adaptado pabellones prefabricados ofrecidos por Japón.
Entre las construcciones más llamativas destacan el pabellón de España, inspirado en el sol y el mar; el de Francia, con una fuerte impronta artística; el de Italia, que alberga un pequeño Coliseo; o el de Estados Unidos, con un cubo suspendido como elemento central.
Además de mostrar avances tecnológicos como robots, vehículos de movilidad personal o incluso coches voladores como el modelo Skydrive, la Expo también invita a imaginar el mañana: desde buques con cero emisiones hasta simulaciones de ciudades del futuro y sistemas energéticos sostenibles.
Tradición y tecnología, de la mano
A pesar de la apuesta decidida por la innovación, Japón también quiere poner en valor sus expresiones culturales más arraigadas, como el teatro kabuki, los espectáculos de tambores taiko o su variada gastronomía regional, con platos como el okonomiyaki (una especie de tortilla japonesa) o el takoyaki (buñuelos de pulpo).
La Expo de Osaka se celebrará durante seis meses, entre el 13 de abril y el 13 de octubre de 2025, en la isla artificial de Yumeshima, al oeste de la bahía de Osaka. Esta ínsula es una de las tres creadas en los años 90 con el objetivo de transformar el perfil urbano de la ciudad.
La organización estima que el evento atraerá a unos 28 millones de visitantes, de los cuales unos 3,5 millones serán extranjeros. Se espera que la cita genere un impacto económico cercano a los 2 billones de yenes (unos 12.000 millones de euros).
Edurne Morillo
EFE