Bucarest, 2 de mayo de 2025.- Rumanía celebra este domingo la repetición de las elecciones presidenciales, anuladas en diciembre pasado por supuesta injerencia rusa, en medio de una creciente polarización ciudadana y con un ultranacionalista como gran favorito, al menos para acceder a la segunda vuelta del 18 de mayo.
Cuatro de los once candidatos que se presentan tienen -según las encuestas- posibilidades para acceder a la ronda decisiva, a la que llegará casi seguro el líder del partido ultra AUR, George Simion, como probable ganador de la primera votación.
Más incierto es quién le acompañará en la segunda ronda, bien el actual alcalde de Bucarest, el independiente Nicusor Dan, el candidato oficialista Crin Antonescu, o el populista exprimer ministro socialdemócrata Victor Ponta.
Unos 18 millones de ciudadanos con derechos de voto dentro y fuera de Rumanía están llamados a las urnas este domingo.
La gran diáspora rumana, con varios millones de personas en Europa, podrá votar en sus consulados a partir de este viernes.
La presidencia rumana no es un mero cargo protocolario sino que el jefe de Estado define la política exterior y de seguridad del país, lo que le da más importancia a estas elecciones.
Rumanía es un país clave en la UE y en la OTAN para las ayudas occidentales para Ucrania contra la invasión rusa.
El proceso electoral -iniciado el 24 de noviembre pasado con la primera vuelta- fue anulado por el Tribunal Constitucional 48 horas antes de la segunda ronda prevista para el 8 de diciembre.
Los magistrados justificaron la anulación con la injerencia rusa detectada en redes sociales a favor del candidato ultranacionalista y prorruso Calin Georgescu, ganador de la primera ronda y quien acabó siendo inhabilitado para la repetición electoral.
Lo sucedido en los últimos meses, incluyendo la dimisión del presidente anterior, Klaus Iohannis, ha polarizado a la población rumana, que está cada vez más desilusionada con la clase política.
Así, el país balcánico, hasta ahora un baluarte euroatlántico en el sureste de Europa, está virando hacia posiciones cada vez más populistas y prorrusas.
«El deseo de formar parte de Occidente generó que no hubiera un debate sobre cómo alcanzarlo, o sea, solo aceptar la entrada de dinero (de la UE) o también asumir sus valores», dijo un reciente encuentro con la prensa Oana Popescu-Zamfir, experta del laboratorio de ideas ‘GlobalFocus’ en Bucarest.
«La mitad del país sigue sufriendo hoy bajo la pobreza. En las zonas urbanas la vida es buena, pero en el campo mucha gente siente que estaba mejor bajo comunismo», explicó la analista.
«Por eso, una importante parte de la gente se siente abandonada por sus representantes políticos y ha perdido su confianza en la democracia», alertó Popescu-Zamfir, una antigua secretaria de Estado rumana para Asuntos Europeos.
«Mucha gente votaría por cualquier opción con tal de cambiar de representantes», resumió la analista la creciente popularidad de la ultraderecha antisistema en Rumanía.
Impulsado por el malestar por la anulación electoral y la posterior inhabilitación de Georgescu, Simion espera aglutinar el voto protesta y ultranacionalista, que según las encuestas le podría dar hasta un 35 %.
Así, el líder de AUR, declarado crítico de la UE, de la OTAN y de las ayudas europeas a Ucrania, admirador de Donald Trump y «persona non grata» en Moldavia y Ucrania por sus reclamaciones territoriales, llegaría con casi total seguridad a la segunda vuelta.
«Un ascenso de Simion sería preocupante, aunque en la segunda vuelta no tiene de dónde sacar más votos», dijo a EFE en Bucarest el veterano analista Mircea Cosea.
«Simion parece demasiado inmaduro para esto (la presidencia), es demasiado impulsivo», aseguró en referencia a los exabruptos populistas del candidato de 38 años.
Durante la campaña electoral, las autoridades reforzaron sus controles, sobre todo en redes sociales, por temores a una nueva injerencia rusa y a campañas de desinformación.
Cualquier cartel, vídeo, publicación en redes sociales o anuncio político de un candidato debe tener una etiqueta que explique claramente que se trata de publicidad electoral.
Esta repetición electoral -criticada por mucha gente- tiene lugar en medio de importantes retos económicos para el país, cuyo déficit presupuestario fue en 2024 el más alto de la UE, con un 9,2 % del Producto Interior Bruto (PIB).
Además, la tasa de inflación estuvo el año pasado, con un 5 %, entre las más elevadas de la UE, mientras que el salario mínimo ronda apenas los 800 euros mensuales antes de impuestos.
Alexandra Spanu
EFE