Pese a los debilitamientos de las relaciones de Rusia y Turquía, como por ejemplo diferencias políticas en las que cabe mencionar que el gobierno de Putin apoya al gobierno de Bashar al Asad en Siria, mientras que Turquía es ferviente opositor, o el hecho de que el país “constantino” haya derribado un caza ruso en 2015, no impide la cooperación binacional en el desarrollo de una planta de energía nuclear turca para asegurar el futuro energético del país.
Se especula que una vez terminado el mega proyecto de US$20.000 millones, la instalación genere 4.800 megavatios, lo que representa el 10% del consumo energético del país, porcentaje que se dejará de importar a países extranjeros. De esta manera Turquía entraría al club de los 30 países que tienen reactores nucleares, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Entre otros proyectos que fortalecen los lazos diplomáticos de ambos países euroasiáticos, BBC hace referencia al proyecto TurkStream, que consiste en una tubería de gas bajo el Mar Negro que le permitirá a Rusia bombear gas hacia Europa evitando pasar por Ucrania y que además de abastecer de energía a Turquía, reforzará su importancia como un punto de tránsito.
Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43637093