Málaga (España), 30 abr – Bajo el título «Guerra y paz», el Museo Ruso de Málaga, en el sur de España, presenta su nueva exposición anual, en la que ofrece un paseo a través del arte por la historia de ese país, jalonada de conflictos como en otros lugares, en un momento como el actual en el que la humanidad libra una batalla contra una pandemia.
La sede en Málaga del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo ha presentado este viernes, además, sus dos nuevas exposiciones temporales, una dedicada a Iván Aivazovsky y otros pintores marinistas rusos y la segunda al escritor León Tolstói, autor de las novelas «Guerra y paz» y «Ana Karenina», entre otras.
Como ha señalado el director del Museo de San Petersburgo, Vladimir Gusev, las dificultades «por la guerra común de la humanidad contra la naturaleza» que se vive en estos tiempos de pandemia han sido superadas para mostrar en Málaga «lo mejor del arte ruso» con los fondos de una pinacoteca que «guarda la memoria histórica» de su pueblo.
«Cada pueblo tiene su historia, y la de cada país europeo lamentablemente tiene muchas guerras. Hay una oposición constante entre el estado de guerra, cuando la gente se ataca y sueña con la paz, y el estado de paz, cuando hay siempre una espera temerosa de la guerra», ha añadido Gusev.
Con 180 obras de autores como Kazimir Malévich, Pável Filónov, Nikolái Kuznetsov, Alekséi Kivshenko o Polidor Babáiev, entre otros muchos, esta exposición anual es una de las más grandes instaladas hasta ahora en el Museo Ruso de Málaga, ha resaltado su comisaria, Evgenia Petrova.
Ha destacado además que una parte importante de esas obras, unas setenta, son de gran tamaño, por lo que han tenido que ser trasladadas en un transporte especial desde San Petersburgo en unos rulos cuyo montaje ha requerido la participación de sesenta especialistas en Rusia, según Petrova.
Asimismo, se podrán ver en Málaga hasta abril de 2022 «obras maestras» de la colección permanente de San Petersburgo que han sido descolgadas de los muros de ese museo, pero también algunos de los fondos que nunca se muestran en la ciudad rusa.
En términos similares se ha pronunciado José María Luna, director de la agencia municipal que gestiona el Museo Ruso, quien ha comparado la presencia en Málaga de algunas de estas obras con la posibilidad de que «se quitara ‘La maja desnuda’ del Prado para llevarla a otro país».
Según Luna, esta exposición anual «no es solo una historia de la guerra, ni de Rusia, sino una historia de la humanidad, que se describe desgraciadamente a través de los conflictos».
El embajador ruso en España, Yuri Korchagin, ha apuntado que estas exposiciones demuestran «que ni las pandemias ni otros obstáculos pueden impedir el avance de la cultura, de la pintura y de la creatividad humana».
Al margen de esta exposición anual, la primera de las muestras temporales presentadas este viernes se dedica al género de la marina, con el pintor Iván Aivazovsky como estandarte, al firmar veinticinco de las 39 piezas que recoge.
Las olas de los mares frecuentemente tempestuosos de Aivazovsky casi salpican el Museo Ruso de Málaga, ubicado a la orilla del Mediterráneo, y que curiosamente expone una reproducción del cuadro «Málaga» que el artista ruso pintó en 1854 de memoria, once años después de haber visitado esta ciudad en uno de sus múltiples viajes.
Como relata una biografía de Aivazovsky, en el trayecto de Granada y Málaga vivió una aventura al ser atacado su carruaje «por tres hombres de apariencia bastante lúgubre, armados con pistolas y cuchillos anchos en el cinturón, quienes, sin ceremonia, le quitaron el dinero al cochero y se separaron pacíficamente ante el artista, inclinándose afectuosamente ante él».
«Resulta que se trataba de bandidos locales, que a veces dejaban pasar libremente a los viajeros por una cierta cantidad de extorsiones a los cocheros», añade el biógrafo de Aivazovsky.
La renovación de las salas del Museo Ruso se completa con la exposición temporal dedicada a León Tolstói, con otras 39 obras en las que hay retratos del escritor realizados en vida por maestros contemporáneos y que dan una idea de las relaciones que mantuvo con otros creadores.
Hay también ilustraciones de las novelas de Tolstói «Guerra y paz» y «Hadjí Murat» realizadas por Dementii Shmárinov y Evgueni Lanceray o litografías del viajero inglés John-Thomas James.