San Andrés: ¿venta sin consecuencia de alcohol a menores?

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El mes pasado, por lo menos 1000 estudiantes de bachillerato ingresaron a una fiesta privada en San Andrés. Los estudiantes, a pesar de ser en su mayoría menores de 18 años, no encontraron problema alguno para comprar y consumir alcohol.

Esta práctica ya es bien común en San Andrés Islas. Pero no ocurre solo en eventos, conciertos u hoteles. No, es más bien algo que ocurre a los ojos de todos pero se hace un silencio que va desde las calles de San Andrés hasta los despachos de las autoridades locales de la isla.

“Yo tenía 16 años cuando fui allá con la excursión del colegio”, nos contó Carolina, quien visitó San Andrés hace 4 años. Nunca me pidieron cédula para comprar cerveza o cocoloco. Solo pagaba y ya”.

Esta es una cadena que comienza, por supuesto, con quienes venden licor a los menores conscientes de que lo son, o cuando no se les exige cédula para pagar alguna de estas bebidas. Luego son los policías que, aunque patrullan las calles, poco o nada hacen frente a la compra o el consumo.

San Andrés se presta para esto

Es bien sabido que San Andrés es uno de los destinos turísticos más importantes y rentables de Colombia, tanto para extranjeros como para los mismos colombianos. Las playas, numerosos hoteles y variedad de productos -de tragos, por ejemplo-, representan atractivos para que las islas sean consideradas como uno de los destinos predilectos para viajeros en busca de playa Colombia, aun siendo un lugar alejado en la geografía de las costas continentales de Colombia.

Hay empresas en todo el país que aprovechan esto para armar paquetes turísticos que pueden incluir desde el hotel y comida ilimitada hasta fiestas, paseos en yate, conciertos y demás. Muchos de estos paquetes son ofrecidos a los estudiantes de colegio que están en los últimos grados de su bachillerato, y estos por grupos a San Andrés durante varios días.

“Todos los días teníamos incluidas las bebidas”, nos contó Nicolás, quien fue a su excursión de once a San Andrés en 2013. “En mi grupo todos éramos menores de edad menos uno, pero nunca tuvimos problemas para que nos dieran el trago. Incluso un día nos metieron a una discoteca que pues… era para mayores de edad, y adentro había trago y drogas”.

Así como el testimonio de Nicolás hay muchos otros, y los que Análisis Urbano recopiló se remontan hasta el año año 2011. Las empresas ofrecen paquetes turísticos que, por lo general, pagan los padres de los menores. Luego los estudiantes viajan a San Andrés y tienen a su disposición unos días con muy pocos límites o restricciones.

¿Autoridades incompetentes o permisivas?

La trama se enreda con los tres escenarios en los que parecen estar metidas autoridades locales: o no son capaces de controlar la afluencia de turistas, o ignoran esto si sucede o contribuyen a que suceda. Vamos a explicar una por una.

De acuerdo con el testimonio de un Policía de San Andrés, la isla cuenta con muy pocos efectivos para distribuirse las patrullas en los cuadrantes. San Andrés no solo está comprendido por la isla principal, sino que también incluye Providencia, Johhny Cay y una serie de islas, islotes y pequeños archipiélagos que van subiendo por el mar caribe.

Según nos explicó el agente de la Policía, al menos un nacional debe hacer presencia en las islas más remotas para que Colombia tenga soberanía sobre estos territorios, a menudo despoblados. Esta tarea de permanecer en estos lugres se le encarga a efectivos del Ejército y a agentes de la Policía.

Las islas habitadas, entonces, se pueden quedar cortas de agentes de la Policía por esta situación.

El segundo escenario es simple, y es cuando una autoridad hace la vista gorda cuando un menor de edad compra o consume alcohol. De acuerdo con la denuncia de otro agente de la Policía que hasta hace poco trabajó en San Andrés, la omisión va hasta desde el primer policía en el lugar hasta la Secretaría de Gobierno de San Andrés.

La fuente nos contó –con pruebas de ello- que los policías saben de esta situación y no hacen nada, y que en la Secretaría de Gobierno se firman permisos para conciertos, eventos y viajes en los que se sabe que habrá alcohol y en los que se sabe que habrá menores de edad.

Lo grave es que la fuente hizo estas denuncias dentro de la institución de la Policía y en lugar de recibir una respuesta recibió una suspensión de 6 meses.

 De acuerdo con este agente suspendido, cualquier persona que se atreva a cuestionar o a denunciar esta situación corre el riesgo de ser suspendido e incluso apartado o apartada de su cargo dentro de la institución.

Las denuncias del tercer escenario, el de colaboración de parte de alguna de las autoridades, se da con estas autorizaciones para eventos, y también con casos como el que nos contó Emilio, quien viajó a San Andrés en 2012:

“Una noche compramos dos botellas de vodka entre tres. Un policía nos vio y nos paró. No nos pidió cédula ni nada, y nos dijo que nos iba a decomisar el trago. Después se arrepintió y nos dijo que simplemente las escondiéramos”.

Para responder la pregunta de este intertítulo, podemos decir –sin generalizar- que sí, que las autoridades de San Andrés son incompetentes y permisivas en el tema de venta y consumo de bebidas embriagantes a menores de edad en la isla.

El problema de que haya omisión de parte de autoridades con competencias de gobierno departamental no radica solo en un tema de corrupción, sino en una clara infracción a la Ley.

En principio, nos explicó un abogado, no se estaría violando solo la Ley que prohíbe el consumo de bebidas embriagantes a menores de edad. En la denuncia también habría infracciones al código de Policía porque, de acuerdo con las fuentes, los menores también tienen permitido consumir licor fuera establecimientos cerrados o de los eventos, y el código establece que esto está prohibido hacerse en espacio público.

“Una vez pasó algo muy peligroso… Un tipo como de 25 años le daba trago a todo el mundo, y en una de las botellas mezclaba whisky con burundanga”. Este es el testimonio de Juan José, quien visitó las islas el año pasado. “Ese trago solo se lo daba a las mujeres, usted se imaginará para qué. Pues imagínese que una china se tomó eso y empezó a convulsionar ahí en la playa. Tocó llevarla al hospital”.

Juan José contó que la noche siguiente hubo dos agentes de la Policía que se ubicaron en la playa donde sucedió el incidente y esa noche no se permitieron fiestas allí. No obstante, la noche siguiente Juan José volvió al mismo lugar, y según cuenta siguieron con la fiesta sin interrupciones.

¿Será que seguirá la fiesta para los menores de edad en San Andrés Islas? ¿Será que las autoridades se mosquean?