Sao Paulo, 6 de julio.- Sao Paulo, la ciudad más populosa de Brasil y la más azotada por la pandemia del coronavirus, dio este lunes un paso más en su plan de desescalada y reabrió sus bares, restaurantes y salones de belleza.
La capital paulista y su zona metropolitana avanzaron a la tercera fase de flexibilización de las medidas de aislamiento social, después de permanecer durante quince días en la segunda fase de la desescalada, que permitió ya la reapertura de los comercios de calle y los centros comerciales.
Así, tras más de 100 días cerrados al público, este lunes reabrieron los bares, restaurantes y centros de estética de la ciudad que, con sus más de 12 millones de habitantes, contabiliza 7.600 muertes por la COVID-19 y 281.000 casos de la enfermedad.
Con un llamado a la «cautela», el alcalde de Sao Paulo, Bruno Covas, alertó hoy de que esta nueva fase de flexibilización «no debe confundirse con la conmemoración del fin de la pandemia», que todavía «continúa en la ciudad».
En declaraciones a los periodistas, Covas pidió a los paulistas que eviten escenas como las protagonizadas la semana pasada en Río de Janeiro, donde cientos de personas se aglomeraron sin máscaras en las calzadas del acomodado barrio de Leblon en la primera noche de reapertura de bares y restaurantes de la capital fluminense.
REAPERTURA CON RESTRICCIONES
Siguiendo los protocolos decretados por las autoridades municipales, los bares y restaurantes de Sao Paulo volvieron a abrir sus puertas, pero lo hicieron con una serie de restricciones y un horario de funcionamiento limitado.
Además, los establecimientos tan solo podrán operar con el 40 % de su capacidad, evitando aglomeraciones y garantizando el uso de máscaras tanto para los clientes como los funcionarios.
«Abrimos de las 11 a las 17 horas y quien no use máscara no va a entrar», contó a Efe Edivalson, desde el bar-restaurante donde trabaja, en el centro histórico de la ciudad.
Según dijo, todos los funcionarios «están trabajando con protecciones faciales», una exigencia también válida para los clientes, quienes además serán sometidos a un «control para medir la temperatura» en la entrada de este local.
Junto con los bares y los restaurantes, hoy también subieron las persianas los salones de belleza de la capital paulista, siguiendo varias medidas de prevención, como la obligatoriedad de dejar un margen de tiempo entre la atención de varios clientes.
«Estamos atendiendo solo con cita previa, con horarios restringidos y con todas los cuidados de las medidas de seguridad», dijo en declaraciones a Efe Rosana, empleada de un salón de belleza localizado en los alrededores de la icónica Avenida Paulista.
De acuerdo con la trabajadora, la actividad en el salón fue hoy «limitada» porque «muchas personas tienen recelos», por lo que cabe esperar y «ver como avanza» la actividad en los próximos días.
Dentro de esta tercera fase, también está prevista en las próximas semanas la reapertura de gimnasios, teatros, cines y salas de espectáculos.
BRASIL APUESTA POR LA VACUNA
Mientras el país sigue pendiente de la desescalada, el gigante suramericano ya suma más de 65.000 muertos y 1,6 millones de contagios por el nuevo coronavirus, una enfermedad que llegó a ser calificada de «gripecita» por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, uno de los más escépticos sobre la gravedad de la enfermedad.
El país apuesta ahora por la vacuna contra el coronavirus y tiene entre manos los ensayos de dos de ellas, una desarrollada por la Universidad de Oxford y la otra por el laboratorio chino Sinovac.
Ésta última, coordinada por el centro de investigación Instituto Butantan de Sao Paulo, pretende ser testada en 9.000 voluntarios, todos ellos profesionales de salud, a partir del próximo 20 de julio en seis estados del país.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, resaltó este lunes la «fundamental importancia» de esta etapa para «la vida y la salud de millones de brasileños».
Carla Samon Ros
EFE