San Paulo, 14 de enero de 2022 – El estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil, lanzó este viernes la campaña de vacunación anticovid para los niños de entre 5 y 11 años, en medio del poco entusiasmo por el proceso demostrado por el presidente Jair Bolsonaro.
El lanzamiento se hizo en un hospital de esta ciudad y estuvo encabezado por el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, elegido como candidato presencial de un grupo socialdemócrata con vistas a las elecciones del próximo 2 de octubre y posible rival del jefe de Estado en las urnas.
«Es un momento histórico para Brasil», afirmó Doria, que se presentó con una camiseta negra y la leyenda «#VacinaJá», el lema de la campaña que busca convencer a los brasileños para que se vacunen ante la extensión de la pandemia de coronavirus.
Según Doria, el primer menor que recibió la vacuna en Brasil fue el indígena Davi Seremramiwe, de 8 años, con movilidad limitada y que se encontraba en la ciudad de Sao Paulo para un tratamiento médico.
Ante las cámaras, Davi, sentado en una silla, cubierto con una mascarilla y con su nombre impreso colocado en el pecho, aguantó con valentía el pinchazo, posó para los fotógrafos y fue reemplazado por otros niños, algunos en sillas de ruedas, que también fueron vacunados.
El padre del menor, Jurandir Siridiwe, un cacique indígena, estaba conectado a distancia para seguir el acto desde el estado de Mato Grosso y se mostró muy feliz de que su hijo haya sido el primero en vacunarse en Sao Paulo.
«El estado de Sao Paulo parece el primer mundo», dijo.
El acto de hoy, de carácter simbólico, es previo al comienzo formal de la vacunación infantil en Sao Paulo, prevista para el lunes. Las vacunas han sido distribuidas en los últimos días en los distintos estados y en algunas localidades de Brasil ya ha comenzado el proceso.
Aunque el Ministerio de Salud es el encargado de la distribución de las vacunas infantiles, el proceso no ha contado con el entusiasmo de Bolsonaro, que desde un principio se negó a que la vacunación fuera obligatoria en las escuelas.
De hecho, el gobernante ya dejó claro que su hija de 11 años no será vacunada. «Mi hija no se va a vacunar. Que quede bien claro», aseveró Bolsonaro el 27 de diciembre pasado. Él mismo tampoco se ha vacunado y asegura que será el último brasileño que lo haga.
El Gobierno de Bolsonaro decretó el 30 de diciembre la imposibilidad de que las escuelas exijan a sus alumnos estar vacunados contra la covid, a pesar de las recomendaciones hechas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
Esa recomendación dio paso a una consulta pública para que cualquier brasileño se manifestara, lo que atrasó el proceso de vacunación infantil, que ya se estaba haciendo por otros países mucho menos impactados por la pandemia de coronavirus.
En el acto de hoy, Doria calificó como un «acto inhumano» el hecho de que el Gobierno retrasara la vacunación infantil «por principios ideológicos». «Es un Gobierno inhumano», recalcó Doria, muy enfático.
Las autoridades de Sao Paulo esperan completar entre semanas la vacunación de niños entre 5 y 11 años, que suman 4,3 millones, aunque se han quejado de que el Gobierno no está poniendo a disposición el suficiente número de inmunizantes para ser utilizado.
Brasil, con cerca de 620.000 fallecidos, es el segundo país en el número de muertes por la pandemia de coronavirus, después de Estados Unidos, y el tercero en infectados, después de Estados Unidos y la India, con casi 23 millones de casos confirmados.
En las últimas semanas está teniendo un crecimiento alarmante el caso de infectados a causa de la expansión de la variante ómicron, con niveles que no se veían desde hace meses, aunque las cifras de muertos no están aumentando de una forma tan preocupante.
Brasil llegó a tener cerca de 4.500 muertos diarios a causa de la covid-19 en abril pasado, pero desde que comenzó el año no se han superado los dos centenares de víctimas mortales al día.
EFE