Madrid, 16 abr – Los espacios naturales esperan esta Semana Santa el primer pico de público del año con el deseo de sus gestores de compatibilizar la afluencia multitudinaria con el cuidado del entorno, para lo que confían en el ‘visitante responsable’, ese invitado ideal que se divierte y conoce y respeta las normas.
Las áreas protegidas son «territorios para disfrutarlos, pero en los que no todo vale», advierte Juana Barber, presidenta de Europarc-España, el foro que las reúne.
Los Parques Nacionales, 16, se sitúan en la cúspide de los más de 1.840 espacios naturales protegidos españoles y esperan en estos días una de las mayores entradas de la temporada.
En el año 2023, último con datos disponibles, 15.016.250 personas acudieron a los Parques Nacionales. Los de clima mediterráneo (Monfragüe, Cabañeros, Las Tablas de Daimiel, Doñana y Sierra de las Nieves) alcanzaron su pico de visitantes en el mes de abril, según un informe del Organismo Autónomo que los regula.
«Es una época importante, que permite que la gente conozca los Parques. Pero hay que tener una serie de comportamientos porque no somos los únicos seres vivos en ese territorio», señala Barber, también jefa de la Oficina de Gestión de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona
«Para nosotros, el visitante ideal es aquel que se informa en la web o en los centros de visitantes antes de acceder a un espacio natural», dice la experta a EFE. «Quiere disfrutar de la naturaleza, pero entiende que se pongan limitaciones. Es importante que cuando decimos ‘por aquí no se puede pasar’, también digamos por qué. Si ves el camino cerrado y nadie te informa, tienes la sensación de que es arbitrario. Y nunca lo es».
La protección de un camino, de la flora o de una especie animal o la seguridad de los propios visitantes pueden estar detrás de esas limitaciones.
Según Barber, «la mayor parte de los visitantes se comporta bien, pero acaba siendo noticia el que no lo hace».
Salirse de los caminos señalizados, dejar basura y hacer mal uso de las bicicletas son algunas de las infracciones más frecuentes, junto al deseo de «llegar con el coche hasta el punto final» del recorrido.
«Si todos llegamos con el coche hasta la cima, allí no hay espacio para dejarlo», ironizó.
Las mascotas sueltas, un problema
También pueden causar graves incidentes las mascotas sueltas en los espacios naturales.
Barber entiende que quien viva en la ciudad se resista a atar al perro cuando va al campo. «Pero ese animal suelto es un problema, sobre todo donde hay una actividad ganadera», incide.
«Para las ovejas, es un animal al que no reconocen y que les produce temor, por lo que tienden a huir y a amontonarse», y cita «un episodio de más de 50 ovejas muertas, ahogadas entre ellas mismas», asustadas por los perros de unos visitantes.
Infraestructuras de uso recreativo y accesibles
Francisco Muñoz Collado, director del Parque Nacional de Sierra Nevada, también define para EFE cómo es ese «visitante responsable» que buscan: «Aquel que conoce los valores que hay en el entorno y que lleva a cabo la visita sin ponerlos en riesgo».
El director considera que todos los Parques Nacionales «tienen suficientes infraestructuras de uso recreativo» para satisfacer las demandas del los visitantes sin amenazar los valores naturales de la zona. Los servicios de vigilancia, además, «asesoran y acompañan» a los usuarios.
Sierra Nevada espera una afluencia «no excesivamente numerosa» en las zonas de baja montaña, pero sí en la alta y media porque la nieve atraerá a los esquiadores.
En este contexto, son cada vez más los espacios naturales que ofrecen servicios e itinerarios para personas con discapacidad.
«Para nosotros, evidentemente, este tiene que ser el salto del siglo XXI», señala Juana Barber. «Siempre que podamos hay que hacer (los Parques) accesibles para todo tipo de personas y para cualquier discapacidad. Es un gran reto. No son trabajos sencillos ni baratos, pero está en las prioridades de la gestión de los espacios en España», afirma.
EFE