Lima, 15 noviembre.- El Gobierno transitorio de Manuel Merino en Perú nació en medio de las protestas ciudadanas, que no amainaron y terminaron por lograr tras seis días de intensa presión en las calles su renuncia, que llegó tras la muerte de dos manifestantes y un centenar de heridos en la última movilización en Lima.
La grave crisis política en Perú comenzó a orientarse hacia este trágico desenlace desde septiembre pasado, cuando el Congreso intentó destituir a Martín Vizcarra por primera vez.
Esta es la cronología de los principales hechos en estos días de crisis política:
– 18 de septiembre: El Congreso, presidido por Manuel Merino, debate una moción de vacancia (destitución) contra Martín Vizcarra por «incapacidad moral» por irregularidades en la contratación del cantante Richard «Swing» Cisneros.
Vizcarra denuncia que Merino conspiró en su contra e intentó contactar a las Fuerzas Armadas antes de iniciar siquiera el juicio político.
La moción no recibe el respaldo del pleno, pero Vizcarra no aclara ni despeja las dudas sobre su relación con Cisneros.
– 18 de octubre: Medios peruanos difunden que aspirantes a colaboradores eficaces (delatores premiados) acusan a Vizcarra de haber recibido sobornos cuando era gobernador de la región de Moquegua entre 2011 y 2014.
– 22 de octubre: El Parlamento aprueba un nuevo pedido de destitución contra Vizcarra a raíz de esas denuncias de prensa, que no han sido corroboradas pese a parecer verosímiles.
– 9 noviembre: El Congreso debate y aprueba la destitución de Vizcarra por «incapacidad moral» y, a continuación, toma la juramentación al cargo a Manuel Merino, a quien le corresponde la sucesión de acuerdo a la Constitución Política.
Nada parecía prever este resultado, que sorprende al Gobierno.
Esa misma tarde empiezan las protestas en las calles del país, en rechazo a la vacancia de Vizcarra, que gozaba de popularidad, y por el evidente desbalance de poderes, pues Merino sigue siendo parlamentario y oficialmente titular del Legislativo.
El Congreso, cuyos intereses subalternos a la destitución de Vizcarra no quedan ocultos tras el manto de «lucha contra la corrupción» que argumenta para justificar la destitución, es también blanco de la ira ciudadana.
– 11 de noviembre: El veterano exministro y exlegislador Ántero Flores-Aráoz, muy conservador, asume como presidente del Consejo de Ministros y declara que no entiende por qué protesta la gente en las calles y pide a los manifestantes que se tranquilicen.
– 12 de noviembre: Merino juramenta a su gabinete de ministros en pleno, entre los que figuran exministros y exfuncionarios de los últimos gobiernos de tendencia de derecha y extrema derecha, y con vínculos en grandes sectores empresariales.
Varios están vinculados al grupo Confluencia Republicana, minoritario y radical.
Esa noche, miles de manifestantes marchan en las calles de Lima y las principales ciudades del país por tercer día consecutivo, bajo el lema #EstePresidenteNoMeRepresenta para pedir la salida de Merino y se producen los primeros heridos por perdigones, a raíz de la represión policial.
– 14 de noviembre: Una nueva jornada de protesta ciudadana masiva recorre las calles del país, entre los que destacan jóvenes estudiantes y organizaciones civiles.
La marcha más grande se concentra en el centro de Lima con la intención de llegar a la sede del Congreso.
Esa noche, la Policía reprime nuevamente a los manifestantes y con el paso de las horas se conoce de dos estudiantes fallecidos, un centenar de heridos y alrededor de 41 desaparecidos.
– 15 de noviembre: Durante la madrugada se produce un goteo continuo de renuncias de ministros de Estado a raíz de la violencia desatada en la manifestación, y diversos sectores políticos y sociales reclaman la salida de Merino del cargo.
El presidente del Congreso, Luis Valdez, exhorta a Merino a presentar su carta de renuncia y convoca a una sesión extraordinaria del pleno para decidir el cambio de la mesa directiva y censurar al entonces mandatario.
Al mediodía, Merino anuncia su renuncia irrevocable al cargo, en un mensaje a la nación, en el que invoca a la paz y tranquilidad de todos los peruanos, poniendo fin a una semana de intensa tensión política en el país.
El Parlamento debe resolver en la sesión plenaria quién dirigirá la nueva mesa directiva y que, a su vez, sucederá a Merino en la presidencia de la República.
Mónica Martínez