Bogotá, 4 agosto de 2022.- El comandante del Departamento de Policía de Sucre, el coronel Carlos Andrés Correa Rodríguez, fue relevado este jueves de su cargo dentro de las investigaciones que se adelantan por las muertes de tres jóvenes, de las cuales se acusan a varios uniformados, ocurridas el pasado 25 de julio en la localidad colombiana de Sampués.
El director de la Policía colombiana, el general Jorge Luis Vargas Valencia, dijo en un comunicado que se ordenó «el relevo inmediato del Comandante del Departamento de Policía Sucre, responsable de la unidad en cuya jurisdicción sucedieron los hechos».
EN CONTEXTO
Carlos Ibáñez, Jesús David Díaz y José Carlos Arévalo fueron detenidos el pasado 25 de julio en un retén de la Policía en el caserío de Chochó, pero luego fueron reportados sin vida en un hospital de Sincelejo, la capital departamental de Sucre.
La Policía, según medios locales, detuvo a los tres jóvenes en las redadas que buscaban capturar a los asesinos del patrullero Diego Felipe Ruiz Rincón, crimen que supuestamente cometieron hombres del Clan del Golfo, la mayor organización criminal de Colombia de origen paramilitar.
Dentro de la investigación por la muerte de los tres jóvenes, según el general Vargas, la Inspección General de la Policía ha recibido 42 pruebas, 25 testimonios y 17 documentos, que «están siendo compartidas con las otras instituciones».
El alto oficial recordó que para esclarecer el asesinato de los tres hombres ya fueron separados ocho policías.
Por otro lado, la Dirección de la Policía explicó que mientras continúa el proceso disciplinario «se espera que las actuaciones penales conduzcan a la pronta judicialización de quienes, con evidencia física y material probatorio que así lo demuestre, deban responder ante jueces de la república».
Los familiares de los jóvenes muertos han dicho a medios locales que los muchachos no pertenecían a ningún grupo armado y que se trata de un «falso positivo» de las autoridades.
LAS DENUNCIAS
Rodolfo Contreras dijo a Radio Nacional de Colombia que una de las víctimas era un sobrino suyo que practicaba deportes extremos y lo hacía sobre la motocicleta.
«Al parecer, después del atentado, la Policía hizo un plan candado y los uniformados llegaron hasta la variante que comunica a Sincelejo con los municipios de Sampués y Corozal, los jóvenes salen huyendo porque pensaron que serían amonestados por estar realizando acrobacias en la vía. Es ahí donde uno de ellos es herido en la pierna», relató.
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Añadió que los muchachos regresaron desde el corregimiento (pueblo) de Chochó, en la zona rural de Sincelejo, donde vivían con sus familiares para dirigirse a una clínica y que el herido fuera atendido.
«Es ahí donde los interceptan, los bajan de la moto, los esposan, los montan en una patrulla y se los llevan (…) A las siete y treinta de la noche la misma Policía los reporta muertos en una clínica, supuestamente en combates», precisó.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha situado en 6.402 las víctimas de los llamados «falsos positivos», es decir, víctimas inocentes a las que el Ejército o civiles cooperantes engañaban con promesas de falsos trabajos para llevárselas y asesinarlas.
EFE
