Si hay abastecimiento, ¿por qué subieron precios de alimentos?: Minagricultura responde

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El ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, explica que el comportamiento de consumidores que salieron masivamente a abastecerse y otros costos como los de transporte han tenido un impacto en la canasta familiar. Asegura que el trabajo para garantizar mano de obra y el funcionamiento de la cadena logística es constante.

En tiempos de coronavirus, la alimentación y, por tanto, la producción y comercialización de bienes agropecuarios no pueden parar. Así ha quedado expreso incluso en el decreto de aislamiento obligatorio ordenado por el gobierno y extendido hasta la medianoche del próximo 26 de abril.

A pesar de que distintas autoridades han insistido en que el abastecimiento de alimentos está garantizado, el dato de inflación de marzo mostró un alza de precios movida principalmente por alimentos como las frutas frescas y el arroz. En diálogo con este diario, el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea, explicó su interpretación de lo sucedido.

Asimismo, contó sobre el trabajo y las estrategias que se están poniendo en marcha para garantizar la disponibilidad de mano de obra en la producción de alimentos y el transporte, así como las medidas de salubridad necesarias para llevar a cabo estas actividades de forma segura.

¿Cómo interpreta el dato de inflación de marzo, teniendo en cuenta que el gobierno ha insistido en que no hay desabastecimiento?

Normalmente, en la época de abril y mayo tenemos los picos más altos de producción en el primer semestre. Enero, febrero y marzo no son meses de cosecha con picos altos, sino que se tienen algunas dificultades como las heladas o el verano en la Costa. Eso incidió en el costo de los productos. Cuando llegó el COVID-19 estábamos saliendo de las heladas, y eso indiscutiblemente incidió en el costo de los productos. Lo otro es que con la crisis del COVID-19 muchas personas se pusieron nerviosas con el tema del abastecimiento. En la semana anterior al anuncio del aislamiento, que se hizo primero como simulacro y enseguida comenzó el obligatorio, las personas salieron a abastecerse, y eso también tuvo un efecto sobre los precios. Vemos que el aumento de precios es más rápido que la tendencia a la baja una vez pasan los picos de demanda. Los precios deberían ahora tender a bajar porque vamos a tener grandes ofertas de fruta, verdura y papa en distintas partes del país. Prevemos que estos productos tenderán a bajar y volverán a sus precios normales.

¿Cómo evalúan el impacto del dólar, que, como dijo el director del DANE, puede afectar el precio de los insumos del sector agropecuario?

En insumos importados, abonos, alimento balanceado, fertilizantes, etc., ya iniciamos un monitoreo permanente de toda la cadena de comercialización para mirar, desde la importación hasta que llega el producto al almacén al detal que vende al productor, cómo es la variación del precio en la cadena e identificar si en algún punto hay especulación. Empezamos la semana pasada. Las personas quisieran resultados inmediatos, que hoy tuviéramos precios controlados y sanciones, pero como servidores públicos tenemos que cumplir protocolos y no podemos sancionar sin hacer las verificaciones respectivas. Se tomarán las decisiones que tengamos que tomar, y para llevar a cabo estas actividades nos estamos apoyando con el trabajo de la Superintendencia de Industria y Comercio y el DANE.

Una de las principales solicitudes de los productores ha sido tener “reglas claras” sobre todo para que toda la cadena logística funcione. ¿Qué puede responder al respecto?

En los precios de alimentos también nos ha estado golpeando el tema del transporte de alimentos, que se puede hacer, pero los camiones tienen que regresar solos y a veces cobran dos fletes o flete y medio, y a pesar de que se han tomado medidas como bajar el precio de la gasolina o no cobrar los peajes, hoy todavía tengo quejas de que hay distribuidores de gasolina que no han bajado el precio. Eso es inconcebible. Ya se lo comuniqué a la ministra de Transporte, para que, en la mesa logística y transporte, se haga el trabajo respectivo también con el Ministerio de Minas y Energía. Asimismo, que haya restaurantes en las carreteras para que los transportadores puedan comprar su comida, así sea para llevar, y también que haya llanterías. Hay un monitoreo permanente en el tema de seguridad, pues a diario se le reporta al Ministerio de Defensa para que se les dé el acompañamiento a los transportadores. La idea es que con todo esto el costo del transporte pueda disminuir y así atender las quejas que estamos recibiendo en esa materia por parte de los productores.

¿Y en cuanto a puertos y transporte aéreo?

Transporte en el Pacífico, que gran parte es fluvial, tengo el reporte de que está funcionando, ha habido algunas dificultades pequeñas, pero cada vez que tenemos un reporte puntual lo trasladamos a las autoridades competentes para que se busquen las soluciones. El otro tema importante son los alcaldes: hay algunos que han tomado más medidas de las que pueden, en el sentido de que el decreto es muy claro en las excepciones: la actividad de alimentos, su logística y transporte, está exenta. Se han cerrado algunas fronteras en los municipios, y a través de Ministerio del Interior y la Policía hacemos lo necesario, pero sería mucho más fácil si ellos (los alcaldes) entendieran que con eso están creando un mal: aunque crean que se están protegiendo del virus, luego habrá problemas de abastecimiento, y por eso es muy importante que los alcaldes tengan la conciencia de que la movilidad está exenta cuando se trata de alimentos, incluyendo por ejemplo las personas que para ir a su sitio de trabajo, como una finca, se tienen que mover de un municipio a otro: no todas las personas en el campo viven en el municipio en el que trabajan.

Sectores como el de flores y el de café han hecho llamados especiales para que se garantice la disponibilidad y movilidad de mano de obra…

Por lo general las personas que trabajan en la industria de flores viven cerca del lugar donde trabajan y ahí no debería haber problemas de movilidad. Si hay información de problemas en esa materia, agradezco que me lo informen. En el tema cafetero es más complejo: se viene la gran cosecha, que llaman la cosecha de mitaca, que puede tener entre 6 y 6,5 millones de sacos en mayo, cuando es el pico. Esa cosecha es en el centro y sur del país y requiere una logística mayor que hemos venido trabajando con Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros.

¿En qué consiste esa logística?

Tenemos que participar con el Ministerio de Salud para que nos dé los protocolos que deben cumplir los recolectores de café y las personas que trabajan en las fincas cafeteras; el Ministerio de Transporte para que, junto con el Ministerio de Defensa, se organice la logística de las personas que se vayan a movilizar a esas zonas. Tratamos que sean las menos posibles y por eso, a través de los comités cafeteros, estamos promocionando el trabajo familiar, es decir, que las fincas cafeteras que en su gran mayoría son pequeñas hagan una recolección familiar y con vecinos, y que las de más de 10 hectáreas sean a las que les pongamos los protocolos de desinfección y lavado de los lugares donde las personas van a dormir, que haya suficientes lavamanos para las personas que van a trabajar en esas fincas, que serán entre 15 y 20, y cumplir con los protocolos de distanciamiento. Asimismo, tratar que quienes recojan sean las personas del mismo departamento teniendo en cuenta que en este momento hay personas que no están trabajando en otras actividades.

Tomado de El Espectador

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