Latakia (Siria), 7 de julio de 2025.- Siria enfrenta desde hace cinco días una intensa batalla contra los incendios que han consumido unas 12.000 hectáreas de tierras agrícolas y forestales y que amenazan con extenderse por los bosques de la provincia de Latakia, en la costa mediterránea del país.
La combinación de fuertes vientos, artefactos de guerra sin detonar y la falta de equipos especializados ha complicado las labores de extinción, aunque la solidaridad internacional y local ha sido clave para avanzar en el control de las llamas, indicó a EFE el ministro de Gestión de Emergencias y Desastres, Raed al Saleh.
«Avanzamos significativamente a diario, pero la alta velocidad del viento y la explosión de restos de guerra, además de la falta de equipo preparado y equipado para responder a los incendios forestales, representan obstáculos importantes que nos impiden controlarlos por completo», afirmó.
Al Saleh destacó la colaboración de equipos de extinción de incendios de Turquía y Jordania, que han aportado vehículos especializados y capacidad técnica. Además, dos aviones jordanos, ocho aeronaves turcas, dos libanesas y seis del Ministerio de Defensa sirio trabajan en la contención de los focos.
A nivel interno, equipos de Defensa Civil de todas las provincias sirias, junto a voluntarios, organizaciones locales y comerciantes, han sumado esfuerzos significativos, evocando la respuesta solidaria vista tras el terremoto de febrero de 2023.
«Esta solidaridad popular entre la sociedad civil y las instituciones gubernamentales nos anima enormemente y nos ayuda a superar estas crisis», remarcó el ministro, que lamentó que los desafíos persisten a pesar de los avances.
Dificultades sobre el terreno
«Las minas y los restos de guerra están obstaculizando considerablemente nuestros esfuerzos», señaló Al Saleh, quien reportó la explosión de una bomba esta mañana en una zona de trabajo sin causar víctimas, así como el hallazgo de 15 proyectiles de tanque sin detonar en el bosque de Farnaq, «zona que parece haber sido un antiguo emplazamiento militar durante la época del antiguo régimen».
Aunque sospecha que algunos incendios podrían ser intencionales, la mayoría los atribuye a causas naturales y a las elevadas temperaturas del verano.
Por su parte, Mohamed Yunaid, voluntario de la Defensa Civil Siria, describió a EFE las duras condiciones en la aldea costera de Qastal, donde los fuertes vientos y las pendientes montañosas dificultan las labores.
«Llevamos días sin descanso, he dormido solo cuatro horas en los últimos dos días», relató, subrayando el agotamiento de los equipos, pero también su compromiso en la lucha contra el fuego: «Seguiremos extinguiendo los incendios hasta proteger estos bosques, cuya pérdida significaría la pérdida del pulmón de Siria».
El ministro aseguró que la prioridad ha sido evitar pérdidas humanas, un objetivo cumplido hasta ahora, y resaltó la comunicación con países y organizaciones de la ONU para recibir más apoyo, que «será anunciado con transparencia».
Las autoridades y voluntarios continúan su lucha contra los incendios, enfrentando un escenario complejo marcado por la geografía, los restos de guerra y la urgencia de preservar el patrimonio natural del país.
Yahya Nemah
EFE