Mogadiscio, 15 feb – El Gobierno de Somalia y la ONU pidieron hoy a los donantes internacionales 1.090 millones de dólares (unos 899 millones de euros) para brindar asistencia a cuatro millones de personas que este año necesitarán ayuda humanitaria «crucial» en ese país del Cuerno de África.
La situación humanitaria en Somalia empeoró en 2020, agravada por una triple amenaza: las inundaciones, la covid-19 y la plaga de las langostas del desierto.
En 2021, la ONU prevé que Somalia afrontará desafíos humanitarios más importantes, pues se pronostican condiciones de sequía debido a la probabilidad de lluvias por debajo del promedio asociadas con el fenómeno meteorológico de «La Niña», y el país tendrá que soportar el impacto continuo de la covid-19 en la economía.
«Múltiples crisis, incluidos choques climáticos erráticos, conflictos prolongados, brotes de enfermedades y una plaga masiva de langostas del desierto, han llevado a millones de niños, mujeres y hombres en Somalia al borde de la supervivencia», afirmó el coordinador humanitario de la ONU para Somalia, Adam Abdelmoula, en un comunicado conjunto.
«Como resultado, esperamos que las necesidades humanitarias crezcan durante 2021. Nuestro apoyo para garantizar la disponibilidad y el acceso a servicios básicos como alimentos, refugio y servicios de salud es vital», subrayó Abdelmoula, al lanzar el Plan de Respuesta Humanitaria para Somalia de 2021.
Ese plan enfatiza que «las necesidades humanitarias en Somalia no se pueden abordar sólo con la entrega de asistencia vital», pues existen oportunidades para contribuir a «fortalecer la resiliencia de los somalís», dijo la ministra somalí de Asuntos Humanitarios y Gestión de Desastres, Khadija Mohamed Diriye.
«Por lo tanto, pedimos a los donantes que también den prioridad a los programas que abordan los desafíos estructurales y crónicos del desarrollo en Somalia, incluida, entre otras, la protección de mujeres y niñas», agregó la ministra.
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre y el país quedó sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.