Río de Janeiro, 19 febrero.- La entrada en vigor de toques de queda en Ceará y Bahía para reducir la propagación de la covid elevó a cinco el número de estados de Brasil que han adoptado la drástica medida para enfrentar la pandemia, en momentos en que el país sufre una segunda ola más virulenta y la circulación de nuevas variantes.
Un toque de queda entre las 22.00 horas y las 5.00 horas del día siguiente comienza a regir este viernes en Bahía, el cuarto estado más poblado de Brasil, con 15 millones de habitantes, y por un período de siete días tan solo será permitida en ese horario la circulación de personas y vehículos para actividades esenciales.
La misma medida comenzó a valer en la noche del jueves en Ceará, igualmente en la región nordeste de Brasil y el octavo estado más poblado del país (9,2 millones de habitantes), en donde el toque de queda se extenderá igualmente por una semana.
Amazonas, estado del norte de Brasil que desde hace un mes enfrenta una grave crisis sanitaria por la falta de camas para los pacientes con covid y de oxígeno para quienes requieren respirador mecánico, adoptó hace dos semanas un toque de queda más severo, entre las 19.00 horas y las 6.00 horas del día siguiente.
Y Mato Grosso do Sul, en el oeste y fronterizo con Paraguay y Bolivia, lo impuso hace igualmente dos semanas pero para las ciudades más pobladas del estado, incluyendo la capital regional, Campo Grande.
Paraná, estado sureño fronterizo con Argentina y en donde el toque de queda regirá hasta el 28 de febrero, la medida es igualmente menos restrictiva, ya que la circulación de personas y vehículos está prohibida entre las 0.00 horas y las 5.00 horas.
En estos cinco estados, casi la quinta parte de los 27 estados de Brasil, la circulación en los horarios nocturnos tan solo es permitida para trabajadores de sectores esenciales como salud y seguridad, mientras que todo el comercio, restaurantes y bares tienen que permanecer con sus puertas cerradas.
Mientras que en el estado de Amazonas el sistema hospitalario ya entró en colapso, en los otros cuatro estados, con el fuerte aumento de los contagios en las últimas semanas, la ocupación de camas en unidades de cuidados intensivos supera el 90 %.
Con las medidas restrictivas, los gobiernos regionales intentan reducir la propagación de la covid, que en Brasil ha dejado cerca de 244.000 muertos y 10 millones de contagios a solo una semana de completarse el primer año del primer caso oficial, registrado el 26 de febrero de 2020 en el estado de Sao Paulo, que igualmente fue el primero en América Latina.
Estos datos confirman a Brasil, con sus 210 millones de habitantes, como el segundo país del mundo con mayor número de óbitos por el coronavirus, después de Estados Unidos, y el tercero con más infectados, tras la nación norteamericana e India.
El recrudecimiento de la pandemia coincide con la proliferación de nuevas variantes, entre ellas la cepa P1, originaria del estado de Amazonas, la cual el Ministerio de Salud ha asegurado que es «tres veces más contagiosa» que el resto y que ya circula de forma autóctona en estados como Sao Paulo, Río de Janeiro y Bahía.
Con un promedio de muertes que se mantiene por encima de las 1.000 diarias hace más de una semana, tan solo el jueves fueron 1.367, la pandemia continúa recrudeciéndose en el gigante latinoamericano mientras que la vacunación avanza lentamente.
Brasil vacunó a unos 5,5 millones de personas, menos del 3 % de la población y en su mayoría médicos, indios y ancianos, pero varios municipios tuvieron que suspender sus campañas de inmunización por falta de vacunas y el Gobierno tan sólo prevé las próximas entregas para finales de febrero.
El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, anunció este viernes que el Gobierno distribuirá 4,7 millones de vacunas entre finales de febrero y comienzos de marzo, y le pidió a las alcaldías que apliquen todas en la población prioritaria sin reservar las necesarias segundas dosis, para acelerar la campaña de inmunización.
Según Pazuello, como el Ministerio recibirá en marzo 21 millones de vacunas, la distribución de los lotes para la segunda dosis está garantizada a tiempo.