Suicidio de médica residente desata protestas contra el maltrato en el gremio

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Decenas de personas participan de una vigilia para expresar solidaridad por la muerte de la joven médica Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de primer año en el hospital San Ignacio, este 22 de julio de 2024, en la Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia). EFE/ Eva García

Bogotá, 22 jul – Centenares de médicos y estudiantes de medicina colombianos se juntaron este lunes en Bogotá para expresar su solidaridad con una colega residente de cirugía general que se quitó la vida, al parecer agobiada por el matoneo y las humillaciones de sus superiores.

A las seis de la tarde la transitada plazoleta de la Universidad Javeriana se sumió en un silencio estremecedor cuando la noche empezaba a caer, iluminada por la luz de las velas encendidas en memoria de la joven médica Catalina Gutiérrez Zuluaga, residente de primer año en el hospital San Ignacio, que hace parte de ese centro de estudios.

Estudiantes vestidos con el uniforme de médico de la Javeriana y de otras universidades, profesores y residentes de distintas especialidades se juntaron en este acto en el que denunciaron los contantes abusos y el matoneo a los que son sometidos cuando estudian una especialidad.

‘Que nuestra vocación no nos cueste la vida’ o ‘No al maltrato en la formación médica’, rezaban algunas de las pancartas que llevaron los asistentes al acto.

La muerte de la joven desató una polémica en el país, donde estudiantes y médicos denunciaron en las redes sociales los abusos y ofensas de que son víctimas como residentes de medicina en la Javeriana y otras universidades colombianas.

«A todos los residentes, gracias. De cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón. Ustedes pueden. Ánimo. CGZ», dice una nota dejada por Gutiérrez Zuluaga, que se quitó la vida el pasado miércoles y cuya tragedia se ha convertido en argumento para pedir que cese el clima hostil contra quienes estudian una especialidad médica.

Manifestaciones de apoyo

A la concentración de hoy también acudieron padres y madres que lloraban junto a sus hijos la muerte de la joven compañera.

«Yo no te conocí, Catalina, pero tengo un hijo médico que me recuerda a ti», se leía en la pancarta de una madre que se refugiaba tras el cartón entre lágrimas.

Otras pancartas en blanco invitaban a los asistentes a «romper el silencio», con mensajes de denuncia, en varios casos con nombres de profesores o residentes mayores que colaboraron en la humillación o el matoneo de otros estudiantes allí presentes.

También dejaron ver su rabia hacia un sistema educativo que falló a su compañera en este acto que incluyó un aplauso de apoyo a los familiares de la víctima.

La Javeriana dijo el domingo en un comunicado que «revisará e indagará sobre la existencia de situaciones que no estén en línea» con lo que debe ser la formación universitaria y añadió que la muerte de la joven médica los «llama a reflexionar profundamente, y con humildad, sobre la cultura y los modos de proceder en la formación de nuestros médicos especialistas».

Diversas organizaciones médicas del país se han sumado a quienes piden que terminen los atropellos contra quienes estudian una especialidad.

Entre los relatos de las numerosas víctimas que han roto el silencio en los medios y en redes sociales hay relatos de ofensas sexistas y clasistas, burlas y descalificaciones por el hecho de ser zurdos o denuncias por exceso de trabajo con jornadas de hasta 20 horas diarias, sin derecho a descanso los fines de semana.

EFE