El Estado no actúa con contundencia para detener este indolente derrame de sangre. Colombianos asesinando colombianos, nada más absurdo. No protege a estos activistas, tampoco investiga y mucho menos va en busca de los responsables de los homicidas.
Adrián junto con su padre desde hace tres años, tiempo en que regresó al territorio, se sumó al liderazgo de su padre en la reclamación de tierras en Curvaradó y el territorio colectivo de La Larga Tumaradó en donde su familia habitó desde hace más de 30 años.